La pasión de Modigliani que no quemó Stalin
Sirviéndose del trazado de su correspondencia, la francesa Élisabeth Barillé reconstruye el amor entre estos dos iconos en pleno estalinismo
Élisabeth Barillé viajó a Rusia en 1910 buscando las huellas de Lou-Andreas-Salomé y volvió además con información sobre otra mujer fascinante,a Anna Ajmátova. Buceando en sus archivos y leyendo su correspondencia descubrió que el pintor y escultor Amedeo Modigliani le había estado escribiendo durante todo un invierno.
Aquellas cartas desaparecieron, seguramente quemadas durante el estalinismo, pero Barillé lee los «Diarios» de Ajmátova y encuentra alguna referencia a sus encuentros en París: «Lo vi contadas veces en 1910». Es bastante, y cuenta además con numerosos datos de la efervescente bohemia parisina de aquella época, suficiente para armar sus conjeturas y recrear una probable historia de amor entre la poeta que no amaba a su marido y el italiano vital y atractivo que afirmó: «La llevo siempre en mis pensamientos, como una obsesión».
Siguiéndolos a ambos aparece la represión estalinista, la vida provinciana de la Italia de principios de siglo y, sobre todo, la bohemia parisina de los años veinte con una abundancia prodigiosa de artistas en todos los campos: es la época de Proust, Nijinsky, Stravisnski, Picasso y Juan Gris, entre otros muchos. La autora recrea diferentes épocas en otros tantos países, de la alegría francesa al terror soviético, acierta con el fondo, bien documentado, y, lo que es más importante, también consigue el tono.
Lo mejor
El recorrido histórico y sentimental por el que seguimos a dos grandes protagonistas del siglo XX
Lo peor
Poco que sea reseñable, ya que reúne muchos personajes interesantes y recrea sus ambientes con amenidad