Retazos de vida y paisajes soñados
Obras de Ravel, Schubert y Bernstein. Hermanas Labèque. Auditorio Nacional. Madrid, 18 - V- 2021.
Concierto de rara exquisitez en el que sonaron músicas variopintas provistas de claroscuros y diversidad de matices, bien subrayados y aquilatados por las hermanas francesas Marielle y Katia, muy veteranas (casi septuagenarias en plena forma) en estos menesteres. Es innegable la conjunción de las instrumentistas, que tuvieron muy pocos fallos y empezaron con «Mi madre la oca» de Ravel, que tiene su gracia en esta versión para piano a cuatro manos. Desde el inicio de la «Pavana», un lento en 4/4, los dulces acordes y las misteriosas armonías estuvieron bien servidos. Sonidos aéreos y titilantes, un delicadísimo tejido. Tras el sinuoso «Petit Pouce» vino esa lenta marcha en 2/4, una «chinoiserie» bien labrada que es «Laideronnette, emperatriz de las pagodas» con su inefable combinación temática. «Conversaciones de la Bella y la Bestia» fue encaje de bolillos. La maravillosa «Fantasía en Fa menor D 940» de Schubert tuvo una exposición cuidadosa y penetrada de un aliento romántico convincente, con ese melodioso tema de apertura, de ritmos punteados, y sus expresivos saltos de cuarta. Claridad de planos, con pasajeros roces, contrastes temáticos llevados con mesura y la máxima «cantabilità». Nuevo contraste: algunas de las más conocidas danzas y temas de «West Side Story» de Bernstein fueron recreadas en un arreglo para dos pianos de Irwin Kostal que mantiene el sabor del original. Grandes aplausos y tres bises: dos de Glass y otro de Bernstein tocados con la alegría habitual que, como dice María del Ser, «nos sitúa ante lo que T. S. Eliot define como todo aquello que hace de la vida algo digno de ser vivido».