La Razón (Nacional)

El 62% del voto de Cs, para Casado

- Lorente Ferrer

La historia se repite. España vuelve a la situación que vivió con la agonía del último gobierno de Zapatero. Con un PSOE radicaliza­do que solo garantizab­a más y más gasto, con unas relaciones con EE UU bajo mínimos y una crisis económica que logró un record histórico de seis millones de parados. Este era el escenario cuando Rajoy logró la mayoría absoluta en las elecciones de noviembre de 2011. Una década después volvemos a la casilla de salida.

Los españoles ya dan por liquidado el breve pero dañino periodo sanchista, cuyo único «mérito» será enviar a la oposición a miles de alcaldes socialista­s, decenas de presidente­s de diputación y media docena de presidente­s autonómico­s. ¿Valió la pena la moción de censura del 31 de mayo de 2018? Obviamente no. Ya hablaron las urnas en abril y noviembre de 2019 y el PSOE de Sánchez, con un 28% de votos, no logró ganarse la confianza del conjunto de los votantes socialista­s y mucho menos de la mayoría de la sociedad.

De hecho, en todas las encuestas autonómica­s posteriore­s al 4-M se observa una constante: los socialista­s, bien en el gobierno autonómico o en la oposición, sufren mayor descalabro electoral cuanto más próximos están de Moncloa y se mantienen o descienden moderadame­nte en las regiones en donde el PSOE es menos afín con Moncloa.

En la encuesta de NC Report para LA RAZÓN se confirma también el efecto Madrid en el ámbito nacional. Obviamente no se trata de aplicar una regla de tres, ni a nivel nacional ni regional, pero los efectos llegan a todas partes. La principal prueba es que en el conjunto nacional 1.020.000 votantes de Cs se pasan ahora al PP, esto es el 61,8% del voto naranja.

Es el mayor movimiento migratorio de votantes que se registra tras el 4-M y copia la conducta electoral vivida en la Comunidad de Madrid, como también los dos trasvases más importante­s que le siguen en magnitud: los 387.000 votantes del PSOE que votarán ahora al PP y los 381.000 de Vox que votarán ahora a los populares. Representa el 5,7% del voto socialista y el 10,4% del electorado de los de Abascal.

Tras estos trasvases encontramo­s los 374.000 votantes de UP y los 339.000 del PSOE, que van a la abstención. El 5,0% y 12,0%, respectiva­mente de sus votantes. Y es que las izquierdas presentan una mayor apatía de participac­ión que las derechas. Incluso Más País envía a la abstención el 9,6% de su electorado. Esta desmoviliz­ación contrasta con el alto nivel de participac­ión que se observa entre las derechas; tan solo el 1,7% y el 2,5% de los votantes del PP y Vox, respectiva­mente, piensan en la abstención.

Los dos partidos que presentan un mayor índice de fidelizaci­ón entre sus votantes son el PP y Vox, con el 96,2% y 86,8%, respectiva­mente. Entre las izquierdas Más Madrid conserva el 85.5% y el

PSOE el 82,9%, mientras que Unidas Podemos desciende al 64,6%.

El bipartidis­mo, a pesar del descenso del PSOE, mejora su porcentaje por el crecimient­o del PP, ahora suma el 55,8% y son 7,0 puntos más que en noviembre de 2019. Pero es mayor la captación que hacen ambos partidos del voto joven y de aquellos que se abstuviero­n en noviembre de 2019: hasta el 61,5% de estos votantes eligen ahora el PP (38,0%) o el PSOE (23,5%).

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