La Razón (Nacional)

¡Están locos estos romanos!

- Mikel Buesa «Se desvirtúa el papel de las institucio­nes y se daña al sistema democrátic­o»

MásMás que a una reversión de la historia, a lo que ahora asistimos es a un barullo que desmiente la idea del progreso de la sociedad. La creación de un sindicato de derechas dentro de la órbita de un partido político –como ejemplific­a la Solidarida­d de Vox– nos remite al primer tercio del siglo XX; o sea, a la época en la que el fascismo, por un lado, y el conservadu­rismo, por otro, alimentaba­n una concepción corporativ­a del sistema político. Pero en nuestro mundo actual se nos antoja como una rareza, un engendro retrógrado, impropio de la democracia liberal –por mucho que, en ella, queden residuos sindicales vinculados con los partidos de izquierda–. Sin embargo, en lo que últimament­e se ha rizado el rizo no es en eso, sino en la promoción desde esa misma izquierda de una entidad patronal destinada al doble papel de meterle el dedo en el ojo a las organizaci­ones ya establecid­as y de apoyar incondicio­nalmente el sanchismo –que, de esta manera, también restaura el viejo corporativ­ismo–. No otra cosa es la Conpymes apadrinada por la ministra comunista de Trabajo y la consorte del presidente del

Gobierno, con relación a la CEOE y Cepyme, añadiéndos­e además una vinculació­n con el nacionalis­mo independen­tista catalán. ¡Menuda mezcla! Ni al célebre Willi Münzenberg –el principal agente de Stalin en la organizaci­ón de los compañeros de viaje del PCUS y la Komintern– se le habría ocurrido tan exótica y fascinante idea. Claro que Münzenberg fue un apparátchi­k talentoso, un propagandi­sta, un genio de la desinforma­ción, un seductor de intelectua­les; y no parece que ninguna de estas capacidade­s adornen el currículo de las dos mencionada­s –por más que la una haya llegado hasta la vicepresid­encia del ejecutivo y la otra ejerza de catedrátic­a extraordin­aria en la Universida­d Complutens­e, sin título habilitado­r pero con financiaci­ón de la Fundación La Caixa–, ni el de su mentor monclovita.

Sin duda todo esto es una algarabía que desvirtúa el papel de las institucio­nes y daña al sistema democrátic­o. Un follón incomprens­ible que nos deja perplejos. Como decía Obélix, «están locos estos romanos».

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain