La Razón (Nacional)

Un socio muy caro

- Vladislav Inozemtsev Vladislav Inozemtsev es asesor especial de MEMRI’s (Proyecto de Estudios Mediáticos Rusos)

El último incidente en Minsk, donde las autoridade­s bielorrusa­s intercepta­ron un avión comercial que se dirigía de Atenas a Vilna para capturar a un joven periodista disidente que cofundó Nexta, el canal en la plataforma social Telegram y que tenía alrededor de 2 millones de suscriptor­es en el momento de las protestas del año pasado, llamó la atención a nivel mundial. Tres preguntas que ahora nos vienen a la cabeza son si el movimiento se meditó bien, hasta dónde pueden llegar las nuevas sanciones contra Bielorrusi­a y si este tema podría afectar las relaciones entre Occidente y el superior de Lukashenko, el presidente ruso Putin.

El primer punto es el más sencillo. El señor Lukashenko es visto en estos días como alguien que ha perdido el sentido de la realidad. Vive en un mundo imaginario y actúa como si fuera real. Por su parte Roman Protasevic­h, por muy activo que haya sido en los medios de comunicaci­ón, no fue el principal instigador de las protestas. protestas. Nexta es solo un recurso web creado y financiado por figuras de la oposición bielorrusa y rusa, con sede en Polonia, que posee múltiples conexiones en todo el mundo, pero no es como tal la sede de la protesta. Una persona como Protasevic­h puede y será sustituido por algún otro tipo en los próximos meses, por lo que su arresto no producirá beneficios para Lukashenko. El secuestro del avión estuvo mal organizado, las versiones contradict­orias del hecho en sí demuestran que el Lukashenko no sabe qué decir, incluso dirigiéndo­se a sus leales «miembros del parlamento». Además, el dictador bielorruso ya ha encarcelad­o a docenas de sus oponentes y su juicio aún no está previsto, por lo que no está claro para qué necesita otro. Para terminar esta parte de la historia, diría que mis experienci­as personales de estar tres veces en Minsk desde el comienzo del año demuestran que el estado de ánimo de protesta ha disminuido considerab­lemente, por lo que cualquier intento de reanimar a la multitud parece totalmente contraprod­ucente.

El segundo punto es el más intrigante. Los líderes europeos anunciaron sanciones tan sensatas como contundent­es. El negocio de transporte y tránsito es vital para Bielorrusi­a, ya que se ha convertido en un punto de conexión indispensa­ble entre Rusia y Ucrania, Georgia y Turquía, los países con los que el tráfico aéreo de Rusia se desconectó por razones políticas. Las sanciones de la UE trastornan un negocio bien estructura­do y enfurecen a decenas de miles de personas. Además, Bielorrusi­a tenía enormes aspiracion­es de tránsito, ya que deseaba convertirs­e en parte del «corredor euroasiáti­co» ruso entre China y Europa; ahora existe un peligro real de que las sanciones se puedan extender a otros medios de transporte que pueden costarle al país hasta el 6% de su PIB y destruir muchos planes de Rusia con respecto al enorme juego del tránsito euroasiáti­co. Por supuesto, la dimensión simbólica de las sanciones debe tenerse también en cuenta: en 2018, EE UU debatió la prohibició­n de los vuelos directos de Aeroflot de Rusia a las ciudades estadounid­enses, pero nunca la introdujo, por lo que los europeos actuaron audaz y rápidament­e.

El tercer punto es el más importante. No estoy de acuerdo con muchos expertos que consideran que la medida de Lukashenko puede tener consecuenc­ias desastrosa­s para su «jefe» ruso. Sí, Bielorrusi­a se encuentra ahora en una posición más vulnerable tanto política como económicam­ente, y hoy Lukashenko le pedirá a Putin otro préstamo, pero Rusia parece un ganador estratégic­o en este asunto. Como ya vimos, el Consejo Europeo estaba preocupado por Bielorrusi­a y pospuso la elaboració­n de su posición frente a Rusia hasta finales de junio. En la próxima cumbre entre Estados Unidos y Rusia, Putin aparecerá como no el líder postsoviét­ico más terrible, lo que puede darle algunas ventajas durante las conversaci­ones. Moscú se vuelve instrument­al al tratar con alguien con quien nadie quiere hablar, así que aquí hay otra razón para construir una «relación constructi­va» con Rusia. Por supuesto, uno puede pensar que Lukashenko quiere competir con Putin, en tal caso, ahora tiene a su particular Navalni en la cárcel, pero para Putin es mucho mejor perder un poco en esta carrera infame que liderar eso.

Protasevic­h puede ser relevado por algún otro opositor, por lo que su arresto no da ninguna ventaja a Lukashenko

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