La Razón (Nacional)

Carrie Symonds, mucho más que la esposa de Johnson

Se dieron el «sí quiero» en una ceremonia íntima en la catedral de Westminste­r

- Gonzalo Cañada-Londres

Acostumbra­dos a la excentrici­dad de Boris Johnson, los británicos quizás esperaban una ceremonia celebrada por todo lo alto y anunciada a bombo y platillo. Sin embargo, el primer ministro de Reino Unido contrajo matrimonio este sábado con Carrie Symonds, de la forma más inesperada: por sorpresa y en un acto con apenas treinta invitados.

El acto, celebrado en la catedral de Westminste­r, supone el tercer matrimonio del líder de los conservado­res y el primero por el rito católico. Su nueva mujer, Carrie Symonds, con quien mantenía una relación desde 2019 y con quien tuvo un hijo hace un año, es sin duda una figura muy interesant­e dentro del panorama político británico y mucho más que «la nueva esposa del primer ministro».

Nacida en Londres hace 33 años, Symonds se licenció en Historia del Arte y Literatura Dramática en la Universida­d de Warwick. Sin embargo, sus orígenes, hija y nieta de periodista­s políticos, pronto se hicieron patentes, ya que a los 21 años ingresaría en el departamen­to de comunicaci­ón del Partido Conservado­r.

Pocos meses después, este paso hacia la política haría que Symonds participar­a en las primarias del Partido Conservado­r para la alcaldía de Londres, dentro de la campaña de Boris Johnson, quien finalmente saldría elegido. Pero no sería hasta la campaña del referéndum del Brexit cuando Symonds y el ahora primer ministro pudieron conocerse.

Tras formar parte de diversos equipos de comunicaci­ón dentro del aparato conservado­r, se convirtió en jefa de prensa de los «tories» en 2018, posición que, sin embargo, abandonó un año después para ejercer como asesora en Oceana, una organizaci­ón que lucha para la protección los océanos y la vida marina.

Symonds ha sido siempre fiel defensora de la lucha contra el cambio climático o el maltrato animal y el giro ambientali­sta de la política de Boris Johnson en el último año no parece una coincidenc­ia. Su posición con respecto a una tradición británica tan arraigada como la caza es un ejemplo de sus ideales. «La caza de trofeos se presenta como un premio a la destreza, pero es todo lo contrario. Es cruel, enfermizo, cobarde y nunca entenderé los motivos que tiene detrás», aseguraba Symonds en 2019.

A pesar de su salida del Partido Conservado­r, la influencia de la nueva primera dama en las políticas del primer ministro y en la dirección de los «tories» no ha decaído, según los medios británicos. Un ejemplo es la salida del Gobierno del polémico asesor Dominic Cummings. El que fuera principal ideólogo del Brexit y mano derecha de Boris Johnson hasta hace pocos meses, habría abandonado el Ejecutivo debido a su enfrentami­ento precisamen­te con Carrie Symonds.

En el ojo del huracán

Una polémica que, sin embargo, no es la única que ha acompañado a la nueva primera dama durante los últimos meses. La prensa británica considera que Symonds es la responsabl­e del escándalo de la nueva decoración del apartament­o de la pareja en Downing Street. Al parecer, varias investigac­iones apuntan que la reforma habría costado alrededor de 230.000 euros, cantidad que habría sido sufragada con donaciones privadas al Partido Conservado­r.

Estas polémicas, unidas a las de un Boris Johnson muy criticado recienteme­nte por su gestión de la pandemia, parecen razones suficiente­s para que la pareja haya optado por evitar una boda por todo lo alto que probableme­nte habría avivado las críticas. Sin embargo, algunos medios apuntan que Carrie y Boris sí tienen en mente una ceremonia más multitudin­aria junto a amigos y familiares, ya que habrían enviado ya numerosas invitacion­es con una fecha clara, el 30 de julio de 2022.

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AP Boris Johnson y Carrie Symonds, felices tras darse el «sí quiero» en Londres

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