UNA VUELTA A LA PRESENCIALIDAD TRAS LA COVID
El curso 2021-2022 recupera el volumen de solicitudes para estudiar fuera y se estrena con nuevo presupuesto. La UE deja más sitio para el formato online, pero sin renunciar a su esencia presencial y de inmersión cultural
LaLa pandemia se ha dejado sentir en el programa Erasmus+. Las restricciones para viajar, reunirse y las exigencias de enfrentarse a un temario muchas veces online y sin dominar el idioma no se la ha puesto nada fácil a los estudiantes este curso.
En este tiempo, el panorama Erasmus no ha dejado de cambiar. En los primeros meses de confinamiento, un 42 % de los estudiantes decidieron continuar su formación en el lugar de destino, mientras el resto decidía volver a sus lugares de origen. En ambos casos, la apuesta por la formación online que hicieron las universidades fue lo que permitió a los estudiantes continuar con sus carreras. «Tanto las Universidades como la Comisión o las organizaciones de estudiantes hemos intentado que nadie se perdiera la oportunidad de disfrutar de esta experiencia internacional. Nosotros hicimos un informe sobre el impacto de la pandemia en los primeros momentos del confinamiento, donde se recogía lo que los estudiantes echaban de menos y lo que necesitaban. Se compartieron las recomendaciones con las universidades y los ayuntamientos. Se consiguió, por ejemplo, que estos compartieran la información sanitaria relevante en diferentes idiomas y facilitaran a lo estudiantes detalles importantes como a qué centros de salud llamar en caso de tener tener síntomas, etc. También hicimos una campaña de recogida de pertenencias. Muchos estudiantes extranjeros se habían marchado rápidamente y pensando que volverían al cabo de un par de semanas y al pasar meses y acercarse el fin de los contratos de alquiler en verano necesitaban recuperar sus cosas. También nos hemos volcado en la creación de actividades seguras de ocio, cultura y tiempo libre ya para este año. Caemos muchas veces en el tópico de que el Erasmus tiene que ver solo con hacer fiestas y nunca ha sido así. Ahora con la pandemia es que cuando esto se ha hecho más visible», comenta Miguel Hernández Blanco, presidente de Erasmus Student Network Spain, una organización que nació en 1989 y que está formada por unos 1.500 voluntarios en España, que o bien ha disfrutado del programa o de alguna manera están vinculadas al mismo. Su objetivo: fomentar la internacionalización y la movilidad no sólo de los estudiantes universitarios sino también de los de FP, los que quieren hacer voluntariado o cursos cortos de todo tipo.
A pesar del esfuerzo, este curso que se acaba los ratios de movilidad han bajado alrededor de un 40%, según datos del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE). Sin embargo, esta entidad que trabaja como Agencia Nacional del programa Erasmus+ en España cree que el año que comienza, el programa recobrará cierta normalidad. Parece que sí, al menos viendo los datos de la Universidad Complutense de Madrid que ya han cerrado la convocatoria Erasmus para 2021/2022. «Se han asignado un 20% más de plazas que en el curso anterior», dicen desde la UCM. Sin embargo, todavía no están claras las cifras de los que vendrán, porque el plazo de nominación de estudiantes entrantes por parte de sus instituciones de origen está abierto.
Hay que recordar que España ocupa el primer puesto en recepción de estudiantes en el programa Erasmus+, con 52.830 estudiantes en el sector de Educación Superior. Además, se sitúa en segunda posición como país emisor de estudiantes, con 44.052, solo por detrás de Francia, con 49.066 y muy por delante del resto de países.
A las ganas de los estudiantes, hay que sumar el apoyo de las instituciones europeas. El Parlamento Europeo acaba de aprobar el programa Erasmus+ 2021-2027 al que otorga el doble de financiación que en el periodo anterior, pasando de los 14.700 euros a los 28.000. Durante su aprobación, comentan las agencias de noticias, los oradores resaltaron el éxito de este conocidísimo programa, su importancia para afianzar la identidad europea y, por supuesto, la influencia que ha tenido la pandemia. «El renovado programa es más inclusivo, digital y sostenible, apoya la transformación digital, la inclusión y la diversidad, además del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Gracias a él, se financiarán proyectos de movilidad y cooperación transfronteriza relacionados con el aprendizaje para diez millones de personas», dicen desde el Sepie.
En cuanto a la formación, está claro que uno de los principales retos que se plantea es la adaptación de los sistemas de educación y formación a la era digital. Para ello, la Comisión Europea ha anunciado el Plan de Acción de Educación Digital (2021-2027) y «espera que los estudiantes Erasmus+ puedan realizar su estancia internacional de manera presencial cuando sea posible y de manera combinada (Blended Mobility) cuando se comience con una enseñanza virtual, bien desde el país de origen, bien desde el país de destino cuando las circunstancias de la pandemia así lo aconsejen», dicen desde el Sepie. En cualquier caso, el objetivo de Europa es que vuelva a su esencia en cuanto se pueda, es decir, a asegurar la movilidad de los estudiantes y el intercambio cultural presencial: «La modalidad Blended Mobility puede producir confusión y hacer pensar que se va a tratar de un erasmus online, pero en las instituciones europeas está muy claro que el programa Erasmus no es solo un reparto de temarios, sino que se trata de una inmersión cultural. En cualquier caso se exigirá que el alumno esté un mínimo de tres meses en el país receptor», comenta Hernández.