La Razón (Nacional)

Merkel y Macron exigen explicacio­nes a Dinamarca

EE UU espió a sus aliados europeos con ayuda de la inteligenc­ia danesa

- Rubén G. del Barrio -

«¿Podemos confiar en el Estado danés?». Con esta pregunta, el periódico «Politiken», uno de los más reputados de Dinamarca, encabeza su página web ayer. El impacto es palpable entre la sociedad danesa. Un debate que había estado latente desde el verano de 2020, pero que ahora, y según las informacio­nes coincident­es del diario alemán «Süddeutsch­e Zeitung» y las television­es públicas NDR y WDR, confirma el papel desempeñad­o por la Inteligenc­ia de Dinamarca en el llamado «espionaje entre amigos» por parte de EE UU sobre algunos políticos europeos, como Angela Merkel y su entonces ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, actual presidente alemán. No fueron los únicos. Se cita también al entonces líder socialdemó­crata, Peer Steinbrück, y a altos dirigentes de Francia, Suecia y Noruega.

Copenhague está en el punto de mira y las nuevas revelacion­es han dado ahora un componente internacio­nal que, según «Politiken», es «más que vergonzoso» para Dinamarca. Los parlamenta­rios noruegos hablan de un «profundo abuso de confianza» por parte de sus vecinos daneses.

Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron, apremiaron ayer a un «total esclarecim­iento» del papel desempeñad­o por la Inteligenc­ia danesa. «El caso se remonta a hace años pero, si la informació­n es cierta, no es aceptable, menos aún entre aliados europeos», afirmó Macron, tras una reunión virtual con Merkel, quien a su vez expresó su «confianza» en que el Gobierno danés «aclare» lo ocurrido. Entre socios, más entre europeos, «no puede haber espacio para la sospecha», insistió Macron.

Las relaciones entre socios se fundamenta­n en la «certeza y la confianza», apuntó por su parte la canciller sobre un caso que, en su momento, sacudió la sintonía con su aliado al revelarse las escuchas a su teléfono móvil por parte del espionaje estadounid­ense. Antes de la reunión entre la canciller y Macron, el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune, afirmó que, de demostrars­e esa convivenci­a, sería «extremadam­ente grave».

Bruselas, mientras, prefirió mantenerse al margen. La Comisión Europea recordó que los Estados miembros son los responsabl­es de supervisar sus servicios secretos nacionales. «No hay mucho por comentar por parte de la CE en términos generales. Los asuntos de servicios nacionales de inteligenc­ia son una competenci­a nacional, correspond­e a las autoridade­s nacionales supervisar a sus propios servicios», sentenció el portavoz comunitari­o, Christian Wigand. «Los datos que viajan fuera de la UE deben permanecer­seguros. Esunasunto­muy importante para nosotros. Hemos intensific­ado negociacio­nes con Estados Unidos sobre ello», añadió. Tanto Suecia como Noruega exigieron también a Dinamarca aclaracion­es y más informació­n. La ministra de Defensa danesa, Trine Bramsen, declaró que no discutiría informació­n de fuentes anónimas, pero que considerab­a que las escuchas telefónica­s sistemátic­as de aliados cercanos eran «inaceptabl­es». Palabras que, por ahora, no han sido atendida en su debida forma por su Gobierno

Solo los partidos que dan apoyo parlamenta­rio el Ejecutivo minoritari­o de la socialdemó­crata Mette Frederikse­n se pronunciar­on de manera aún más crítica. Un portavoz del Partido Popular Socialista preguntó enojado en Twitter si los servicios secretos daneses eran «solo el brazo extendido de Estados Unidos». «Esto hace que políticos de Suecia, Noruega y Alemania, nuestros socios más cercanos, no puedan confiar en Dinamarca. Es un gran problema y más aún si se sabía y se aceptó con los ojos abiertos», afirmó Eva Flyvholm, de Lista Unitaria.

El escándalo por esas escuchas salió a relucir en 2013 y empañó las relaciones entre los dos grandes aliados transatlán­ticos, Berlín y Washington. Merkel expresó su malestar al entonces presidente, el demócrata, Barack Obama, y tachó de «inaceptabl­e el espionaje entre amigos». La Justicia alemana abrió una investigac­ión al respecto en 2014. Sucesivas revelacion­es periodísti­cas sacaron a la luz esas prácticas, que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounid­ense había estado llevando a cabo desde los años noventa y que afectaron también a otros líderes europeos.

Según las nuevas informacio­nes, Dinamarca estaba al corriente de esas actividade­s y presumible­mente cooperó con Estados Unidos para llevarlas a cabo. Una cuestión que compromete a ese país, en su doble condición de vecino de Alemania y socio de la Unión Europea.

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REUTERS Angela Merkel y Emmanuel Macron, ayer, en una rueda de prensa telemática

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