El mejor Alonso (6º) aparece en el caos de Bakú
EL RED BULL DE SERGIO PÉREZ GANÓ UNA CARRERA CAÓTICA POR DELANTE DE VETTEL Y GASLY. EL INGLÉS COMETIÓ UN ERROR GARRAFAL. ALONSO FUE SEXTO Y SAINZ, OCTAVO
LasLas estadísticas de Lewis Hamilton confirman que es el mejor piloto de todos los tiempos. Puede gustar más o puede gustar menos. Pero los número reflejan eso. Tiene siete coronas y en 2021 podría desempatar con Michael Schumacher si es que no se cruzan en el camino Verstappen y Red Bull. Algo que están haciendo porque lideran sendos Mundiales, el de pilotos y el de constructores. Este año la FIA introdujo unos ligeros y sibilinos cambios en el reglamento técnico antes de afrontar la gran revolución de 2022. Pues ya ha quedado claro que el objetivo era mermar las armas de la escudería alemana porque, a pesar de estar arriba, están cometiendo más errores que estos años atrás en los que han arrasado. Tanto el equipo como los propios pilotos, Hamilton y Bottas. El británico protagonizó en Bakú una maniobra errática que le llevó, con unos metros de diferencia, del triunfo claro a la última posición. Y no fue un fallo mecánico. Resultó un olvido tremendo que le costó 25 puntos, una cifra muy grande de la que se puede acordar a final de año. Pero ¿cómo llegó hasta ahí? La carrera pronto tomó forma. Leclerc, que tenía la «pole» con el Ferrari, enseguida evidenció que el ritmo del coche rojo era bueno a una sola vuelta de clasificación, aunque le faltaba consistencia para continuar en carrera.
Hamilton, Verstappen y Pérez le pasaron como aviones en las primeras vueltas. Después, sendos monoplazas energéticos le ganaron a Hamilton la batalla de la estrategia en boxes y lo llevaron a la tercera plaza. Hasta ahí todo parecía tranquilo. Todo indicaba que el Gran Premio terminaría así. Error. La primera señal de alarma la dio Lance Stroll. El neumático trasero del Aston Martin reventó en plena recta y se estrelló con el muro. No le pasó nada, pero el susto se trasladó al resto de equipos. Algo estaba pasando con las ruedas.
Los pilotos estaban estirando demasiado su duración y las radios de las escuderías echaban humo. Ya el día de antes, Pirelli analizó el desgaste de las ruedas durante las sesiones previas e indicó a los equipos que debían subir las presiones establecidas antes de empezar la carrera. Sin embargo, esto no pudo evitar que el líder de la carrera, Verstappen, sufriera el mismo incidente cuando apenas restaban dos vueltas para el final de la prueba.
Cuando dominaba a placer. La rueda trasera reventó (se desconoce si por desgaste o por pisar un resto de piezas del coche de Stroll) y se estampó con el muro. Se le fue la victoria en un segundo. Fue entonces cuando la dirección de carrera se «asustó» y decidió suspender la prueba para, en teoría, despejar bien la zona del accidente y limpiar la pista. Ademas, luego decretó que las dos vueltas que quedaban se disputarían haciendo una resalida desde parado y con la oportunidad de cambiar ruedas.
Pérez defendió la primera plaza plaza en la salida, pero Hamilton le ganó la posición hasta que llegó la hora de frenar. El inglés, sorprendentemente, se fue largo. Se había dejado activado el sistema que le ayuda a calentar los frenos en la vuelta de calentamiento, algo que modifica momentáneamente el reparto de frenada. Olvidó apagar el sistema y se despidió de la victoria.
Acarició la gloria y acabó último. Ganó Pérez por delante de un increíble Vettel y Gasly. Un error que recuerda a la puzolana –zona de grava que había en el circuito– de China en 2007. Pudo entenderse por aquello de que era su primer año en la F-1 y estaba luchando por el título contra un bicampeón como era ya Fernando Alonso. El inglés demostró en Bakú que es capaz de lo mejor y de lo peor.
Él mismo reconoció que no tuvo su mejor día. Señaló que estaba triste por la muerte de un amigo (Mansour Ojjeh, una figura clave en McLaren en los años 90, accionista de referencia y una de las personas que apoyó su entrada en el equipo en 2007). Red Bull le está apretando y saben que cualquier detalle contará para conquistar el título. Y ojo, que en breve llegan las carreras al esprint en las que la agresividad de Max Verstappen puede resultar determinante a final de año.
El error del siete veces campeón podría costarle el octavo título