Dólares para frenar la migración
La vicepresidenta Harris firma un memorándum en México con López Obrador para contener la presión migratoria a cambio de 130 millones en ayudas durante tres años
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), firmaron ayer un acuerdo en el Palacio Nacional para aumentar la cooperación estadounidense en el sur de México y Centroamérica. Harris se reunió con AMLO para trabajar en un objetivo que los últimos gobiernos de la Casa Blanca no han logrado: reducir la migración centroamericana hacia EE UU.
En su primer viaje oficial al extranjero, Harris ha visitado Guatemala y México para conocer mejor la situación en los lugares de origen de la peligrosa ruta migratoria centroamericana hacia su país. La mujer más poderosa del Gobierno de Biden anticipaba sus intenciones antes de su reunión con López Obrador: «Vengo a renovar la relación con México». El mandatario mexicano aseguró que tratarán de generar oportunidades económicas en Latinoamérica: «Nos da mucho gusto recibir a la vicepresidenta. Vamos a hablar de migración, pero atendiendo a las causas». El ministro de Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, indicó que «fue un encuentro muy exitoso». Por ello, se firmó un memorándum entre ambos países que refleja la voluntad compartida para impulsar el desarrollo económico. En ese sentido, se reiteró la prioridad de proteger los derechos humanos y se acordó «establecer un grupo operativo especializado en combatir el tráfico y la trata de personas» compartiendo inteligencia entre los países para «desmantelar redes de contrabando».
Asimismo, acordaron llevar a cabo en futuro una reunión de alto nivel sobre cooperación en materia de seguridad. La vicepresidenta prometió 130 millones de dólares durante los próximos tres años para promover la protección de los trabajadores mexicanos. Sin embargo, Harris advirtio que supedita las ayudas a la lucha contra la corrupción. Por su parte, AMLO apuesta por desembolsos directos sin condiciones. La Administración Biden ha prometido una inversión total de 4.000 millones de dólares para la región, entre ellos 300 millones para la ayuda humanitaria en Guatemala. La falta de oportunidades en los países centroamericanos genera un flujo migratorio que ha aumentado desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. El acuerdo entre ambos países se centra en juventud y deforestación. La firma concretará las formas de cooperación entre las agencias de desarrollo mexicanas y centroamericanas con Estados Unidos. Roberto Zuñiga, enviado especial de Biden en el Triángulo Norte, explicó la coincidencia de intereses respecto a la migración: «Los dos somos países de destino de la migración de Centroamérica y a los dos nos preocupa asegurar que hay caminos legales para la ciudadanía». Harris aseguró ayer ante el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, que Estados Unidos está reforzando la seguridad en la frontera y exhortó a los centroamericanos a no emprender su viaje al sueño americano: «No vengáis. Si vienen les van a regresar. Desalentemos a nuestros amigos y familiares en un viaje peligroso del que los únicos beneficiados son los coyotes (las mafias)». Los coyotes cobran a los migrantes por ayudarles a cruzar las fronteras ilegalmente. La advertencia de Harris ha generado críticas ya que ella es hija de inmigrantes llegados a EE UU desde Jamaica e India.
La gestión de la migración ha entrado en una nueva fase tras la salida del ex presidente Donald Trump de la Casa Blanca. AMLO frenó el flujo migratorio hacia su vecino del norte tras las advertencias de Trump de subir los aranceles entre ambos países si el presidente mexicano no aumentaba el control de la frontera sur de Estados Unidos.
La buena voluntad se plasmó con el anuncio de Biden la semana pasada del envío a México de parte un lote de 6 millones de vacunas destinadas también a Canadá, India y Corea del Sur. Más allá de la migración y la pandemia, Harris y López Obrador abordaron otros temas fundamentales en su relación bilateral como la seguridad, la lucha contra el narco, la política energética y las acusaciones de injerencia de AMLO al Gobierno de Biden. Roberto Velasco, director general de la Cancillería mexicana para América del Norte, remarcó que el punto clave fue «definir un modelo de cooperación para el desarrollo del sur de México y Centroamérica para tratar de contener la crisis migratoria». «Los Gobiernos de México y EE UU suscriben una visión humanista en común, bajo la cual se buscan flujos migratorios ordenados, seguros y regulares», concluyó.
Oleada de críticas a la «número dos», hija de padres inmigrantes, por espetar en Guatemala: «No vengáis, no vengáis»