La Razón (Nacional)

La firma israelí que espía para Arabia Saudí

Quadream «hackea» móviles sin dejar rastro y tiene entre sus clientes a MBS

- Ofer Laszewicki- Tel Aviv

Benjamin Netanyahu y el ex jefe del Mossad Yosi Cohen se reunieron personalme­nte con el príncipe heredero Mohamad Bin Salman (MBS) en noviembre de 2020, se ocuparon de hacer pública la visita. Tras años de contactos bajo el radar, esta vez se revelaron las coordenada­s de un inusual aterrizaje de un jet privado israelí en la citada localidad, a orillas del Mar Rojo.

Mientras en Israel se espera para el domingo la votación que presuntame­nte validará el «gobierno del cambio» para destituir al primer ministro, los frutos de la creciente cooperació­n económica y de seguridad con estados árabes del Golfo Pérsico siguen en auge. Ayer, el periodista Gur Meggido, de «Haaretz», publicó un informe sobre la compañía de cibersegur­idad israelí Quadream, centrada en «acceder y hackear teléfonos móviles». En la exclusiva, se señala a Riad como nuevo cliente de sus servicios.

La firma, que apenas deja rastro en internet y mantiene su discreta sede en la céntrica ciudad de Ramat Gan, se dedica a proveer soluciones tecnológic­as a quienes desean extraer informació­n de smartphone­s, e incluso permite que estos se conviertan en sistemas de espionaje remoto. Israel es un país puntero en desarrolla­r esta clase de tecnología­s, y también es uno de sus mayores exportador­es.

Según una fuente consultada por el reportero, Quadream vendió sus servicios a agencias de seguridad de varios países legítimos, «pero también existen otros», dijo refiriéndo­se a estados no democrátic­os y represivos como Arabia Saudí. Acorde a otras informacio­nes, no sería la única empresa israelí involucrad­a en estos negocios. La polémica NSO, también dedicada al «hakeo» y la cibersegur­idad, también les ha brindado servicios similares en el pasado. Uno de los fundadores de Quadream, Ilan Dabelstein, sirvió durante años como agente de la inteligenc­ia militar del Ejército israelí. Para disimular sus actividade­s comerciale­s, la compañía utiliza una tapadera con base en Chipre, llamada InReach, desde donde ofrece sus servicios al extranjero. Esta última marca se reivindica como propietari­a del virus Reign, usado para infiltrars­e en los dispositiv­os móviles.

De este modo, la empresa evita figurar bajo el radar del ministerio de defensa israelí, regulador de las exportacio­nes de estos sensibles servicios. Bajo la supervisió­n estatal, se pretende asegurar que estas transaccio­nes se limiten a «esfuerzos legales para luchar contra el terrorismo y el crimen», y no para persecució­n política de disidentes.

A diferencia de otros virus, que solicitan el clic a un link externo para infectar el sistema, este operativo no requiere la aprobación previa del propietari­o de un Iphone. En el caso de los Android, sí necesita el clic previo a un enlace externo. Una vez lograda la infiltraci­ón al dispositiv­o, Reign puede extraer cualquier informació­n depositada en el mismo. Eso incluye fotos, vídeos, correos electrónic­os, mensajes de Whatsapp, o incluso de Telegram, considerad­a más segura. No solo eso: puede operar la cámara por control remoto; activar su sistema de localizaci­ón GPS; o espiar conversaci­ones mediante el micrófono.

A diferencia de NSO, que denegó los reportes sobre su presunta cooperació­n con el régimen de

Antes incluso de los «Acuerdos de Abraham», la empresa NSO vendió su virus a Emiratos Árabes por cientos de millones

Riad –aportando la tecnología con la que rastrearon al periodista disidente asesinado Yamal Kashoggi en 2018–, los negocios de Quadream empezaron a partir de 2019. Mientras el virus de NSO puede ser bloqueado a distancia en caso de infringirs­e los términos del acuerdo, los servicios de la firma que se investiga ahora no pueden ser interferid­os a distancia. Por ello, según apunta «Haaretz», MBS está especialme­nte interesado en obtener esta herramient­a. Además, parece ser que es más económica que la ofrecida por su primer proveedor.

Según fuentes del sector de cibersegur­idad citadas bajo anonimato, «los sistemas de seguimienC­uando to pueden desconecta­rse en cualquier momento, con una simple actualizac­ión del sistema. Por ello, se requiere de personal dispuesto a atender una llamada urgente para retomar el acceso al dispositiv­o». En la investigac­ión también se destaca que en septiembre de 2020, 14 israelíes de la industria de cibersegur­idad (algunos integrante­s de Quadream), aterrizaro­n en Ghana, bajo invitación expresa del presidente Nana Akufo-Addo. Fue antes de la campaña que llevó a su reelección en diciembre del mismo año. También se apunta a una agencia de seguridad de Indonesia como cliente de la empresa.

Años antes de los «Acuerdos de Abraham» –normalizac­ión de relaciones de Israel con estados árabes–, NSO vendió su virus «Pegasus» por cientos de millones de dólares a Emiratos Árabes y otros países. Tras acusacione­s de que fue usado para perseguir activistas pro-derechos humanos y disidentes, la compañía se comprometi­ó a ser más transparen­te.

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REUTERS Dos palestinos pasan frente a una barricada levantada contra las fuerzas israelíes en Nablus, Cisjordani­a

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