El Banco de España para los pies a Díaz con el alza del SMI
La subida del Salario Mínimo de 2019 costó hasta 180.000 empleos pero la ministra de Trabajo insiste en aumentarlo de nuevo
En medio de la polémica desatada sobre la idoneidad o no de subir ahora el Salario Mínimo Interprofesional, después de que el año pasado Yolanda Díaz fracasara en su intento de que la nómina mínima que perciben los trabajadores españoles de 950 euros se revalorizara el 0,9%, el Banco de España frenó ayer en seco las pretensiones de la vicepresidente tercera al cuantificar los impactos nocivos que tuvo en términos de empleo su alza del 22,3% en 2019 hasta los 900 euros por catorce pagas de aquella fecha. La autoridad monetaria basa las conclusiones de su estudio publicado ayer en varias hipótesis de trabajo. Sus diferentes escenarios de análisis llegan a la misma y contundente conclusión: la subida del SMI en 2019 decretada por el Gobierno de Pedro Sánchez pasó una elevada factura a los trabajadores que percibían esta remuneración en términos de paro y destrucción de empleo y, especialmente, se cebó con los mayores de 45 años, mientras, la creación de empleo disminuyó entre los más jóvenes menores de 24 años, al tiempo que se disparó el autoempleo. De hecho, once de cien empleados con SMI perdieron su puesto de trabajo. Así lo advierte el Banco de España en el documento titulado ‘Los efectos del Salario Mínimo Interprofesional en el empleo: nueva evidencia para España’.
Del análisis se desprende que, tras el incremento del SMI en un 22,3% en ese año, hubo un menor crecimiento del empleo del colectivo con menores salarios, un mayor impacto adverso sobre el empleo de los colectivos de mayor edad y una reducción más acusada de las horas trabajadas y del flujo de creación de empleo para los jóvenes. La cifra de las relaPese ciones laborales retribuidas por debajo de los 1.250 euros mensuales experimentó, tras la subida del SMI, una moderación inmediata en el diferencial entre su tasa de crecimiento y la de un colectivo que percibía una remuneración algo mayor con anterioridad a esa fecha. Además, «esa caída del citado diferencial se fue agravando a lo largo de 2019».
La estimación del impacto del alza del SMI en el empleo sería consistente con una pérdida de empleo neta de los trabajadores directamente afectados de entre 6 y 11 puntos porcentuales, lo que equivaldría a un impacto en el empleo asalariado total de entre 0,6 y 1,1 punto porcentuales. Es decir que por cada punto porcentual de subida del SMI se produciría un menor crecimiento del empleo de los trabajadores directamente afectados entre 0,3 y 0,5 puntos porcentuales. En este contexto, se pudieron llegar a perder hasta 180.000 empleos. Aunque no es descartable que bastante de estos puestos de trabajo en lugar de destruirse pasaran directamente a la economía sumergida.
a este análisis y contra todo pronóstico, lejos de montar en cólera por el informe dado a conocer por el Banco de España, la vicepresidenta tercera agradeció ayer a la autoridad monetaria la seriedad a la hora de analizar esta cuestión y la radiografía exhaustiva realizada sobre la evolución del salario mínimo en nuestro país. Así lo aseguró, al ser interpelada en la rueda de prensa posterior al término del Consejo de Ministros. Tras invitar a los presentes a «leer bien el estudio», aseguró que el mismo le daba la razón y reforzaba sus argumentos argumentos sobre la necesidad de subirlo. A su juicio, en ningún momento el informe habla de destrucción de empleo por el alza del 22,3% del SMI en 2019. Sin embargo, el estudio refleja todo lo contrario a lo que Díaz aseveró ayer, no se sabe bien con qué propósito. De hecho, el optimismo de la ministra de Trabajo contrastó con la reacción brusca de Podemos. El portavoz adjunto de la formación morada, Rafael Mayoral, tachó de «impresentable» al gobernador Pablo Hernández de Cos por el informe. «Habría que correrlo a gorrazos por impresentable», animó.
Mientras, el análisis individual del Banco de España de pérdida de empleo en términos de jornada equivalente (incluyendo la reducción de días y horas trabajadas) de los trabajadores de la hostelería ofrece un impacto de 4 puntos porcentuales. En el artículo se estima que los jóvenes que trabajaban a tiempo completo durante 30 días podrían haber sufrido una caída de sus horas trabajadas tras la subida del SMI. Además, para aquellos parados que, con anterioridad a su alza en 2019, habían tenido un empleo cobrando el SMI se aprecia una reducción de la probabilidad de obtener un empleo.
Para la totalidad de los afectados por la subida, sin distinguir por edades, se estima un incremento de la probabilidad de perder el empleo en un escenario de mantenimiento del SMI inalteracada