La mitad de los controles a vehículos de transporte acaban en denuncia
Suárez-Quiñones e Izquierdo coinciden en que el fin de las inspecciones es contribuir a la seguridad vial y a una leal competencia
El pasado año se realizaron en las carreteras de Castilla y León un total de 22.950 controles de vehículos que transportan mercancías o personas, lo que han supuesto catorce mil menos que un año antes debido a la pandemia. De estas inspecciones, casi la mitad, 11.166 en concreto, acabaron en denuncia, con un total de 950 inmovilizaciones de vehículo al detectar en la labor de inspección infracciones graves. La mayoría de ellas, el 70 por ciento, tenían que ver con los tiempos de conducción y descanso, seguidas de los excesos de peso y las autorizaciones para el transporte y, en menor medida, carencia manipulación del tacógrafo.
El porcentaje de denuncias se mantiene similar a 2019, cuando hubo 37.715 controles y se detectaron 18.231 infracciones con 1.407 inmovilizaciones.
De las 22.950 inspecciones que se realizaron en 2020, 21.472 fueron en carretera, tanto nacionales como internacionales, y 1.478 a los vehículos directamente en las empresas, incluyendo las VTC o de alquiler con conductor.
Además, se llevaron a cabo 1.185 controles relativos al plan de prevención y control de la covid, ya que durante muchos meses del año el transporte por carretera fue un servicio esencial y hubo controles para evitar el riesgo de transmisión comunitaria del coronavirus.
Estos son algunos de los datos que se han dado a conocer este martes durante una Jornada de Formación de Coordinación y Especialización en materia de Inspección de Transportes, celebrada en Valladolid, en la que han participado, entre otros, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, quienes defendían la «labor compartida» de Junta y Gobierno para garantizar la seguridad vial y la competencia leal de un sector que ambos consideran clave.
Estas inspecciones se enmarcan en el Plan Anual de Inspección de Transporte por Carretera, cuyo fin, según el consejero, no es denunciar si no contribuir a la seguridad vial y asegurar la leal y correcta competencia dentro del sector del transporte. «El simple control y la mera presencia de la inspección en la carretera -decía- ya impulsa el cumplimiento voluntario de las normas por su efecto disuasorio, lo que se traduce en menos accidentes, muertos y pérdidas materiales».