La Razón (Nacional)

El pequeño Wilfred, el otro protagonis­ta

El hijo pequeño de Boris se dejó ver por primera vez junto a las primeras damas

- C. Maza - Londres

En toda reunión del G-7 que se precie siempre existe una cumbre paralela, la protagoniz­ada por los consortes de los mandatario­s, que en muchas ocasiones, roba el protagonis­mo a los propios dirigentes. Ocurrió ayer con el recibimien­to que Boris Johnson (56 años) y su reciente esposa Carrie (33 años) dieron a Joe y Jill Biden en Cornualles. La cita supuso la puesta de largo para Carrie Symonds como primera dama, tras la boda sorpresa e íntima celebrada a finales de mayo en la catedral de St. Paul. Ni los asesores más cercanos al primer ministro británico estaban al tanto de los planes nupciales.

En enlace además vino con anécdota, ya que la pareja se casó por la Iglesia de Roma convirtien­do así a Johnson en el primer inquilino católico de Downing Street desde la Reforma de 1533 llevada a cabo por el rey Enrique VIII para poder casarse en segundas nupcias con Ana Bolena, buscando el ansiado heredero varón. Es un dato que tiene alguna que otra consecuenc­ia constituci­onal.

La Iglesia de Inglaterra está muy presente en la política de Reino Unido. De los 790 asientos de la Cámara de los Lores, 26 están reservados a obispos y su voz y voto se tiene muy en cuenta a la hora de valorar las propuestas de ley que vienen de la Cámara Baja, conocida como la de los Comunes.

El encuentro entre ambos matrimonio­s fue de lo más cordial. El presidente de Estados Unidos bromeó luego incluso con la Prensa. «Le he dicho al primer ministro que tenemos algo en común: ambos nos casamos por encima de nuestras posibilida­des», apuntó Biden, a lo que Boris Johnson respondió riendo que no iba a mostrar su desacuerdo con el mandatario estadounid­ense «sobre éste u otros asuntos».

Una vez que los mandatario­s se retiraron para su reunión bilateral, fueron ellas las que acapararon toda la atención con un paseo por la playa, donde

Boris Johnson recibió numerosas críticas de la oposición por viajar a Cornualles en jet privado en vez de en tren

estuvieron acompañada­s por el pequeño Wilfred Johnson, nacido a finales de abril de 2020. Es el primer hijo en común para Boris y Carrie. El «premier» tiene, al menos, seis hijos con tres mujeres distintas. Aunque siempre ha sido sumamente celoso de su vida privada.

Pese a su excentrici­dad, Johnson siempre ha sido celosament­e protector con los suyos. No habla de ellos, no los muestra en actos públicos. De ahí que llamara tanto la atención que Carrie y Jill Biden se dejaran ver con Wilfred.

En unas imágenes difundidas por el numero 10 de Downing Street, se pudo ver la faceta más desenfadad­a y entrañable de las dos primeras damas, divirtiend­o al pequeño metiendo los pies en el agua, paseando por la playa en chanclas y riendo y bromeando aparenteme­nte ajenas a las cámaras.

Carrie será la encargada estos días de entretener a los consortes con excursione­s y té. No son pocos los que consideran esta cumbre paralela un tanto arcaica. El marido de Angela Merkel, por ejemplo, nunca va de acompañant­e.

La cumbre, en cualquier caso, no es ajena a la polémica. Johnson recibió numerosas críticas por parte de la oposición y de activistas medioambie­ntales por viajar en avión a Cornualles (suroeste de Inglaterra), en lugar de tomar el tren. El «premier» anunció el miércoles su llegada a la región con una fotografía, publicada en su cuenta oficial de Twitter, en la que aparece en lo alto de la escalinata del jet privado con el que se desplazó desde Londres a Newquay, a unos 400 kilómetros de la capital británica.

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