SALIR DEL HOYO PARA VOLVER A ÉL
LaLa nueva administración estadounidense se parece demasiado a la anterior en la defensa de la inviolabilidad de sus fronteras y en la gestión de los flujos migratorios. Biden no es Trump, pero lo parece en su descriptible voluntad de convertir el perímetro de su nación en un coladero. Sin duda, las formas, el tono e incluso las palabras edulcoradas con muecas de afabilidad y gotas de simpatía, indujeron a pensar que la victoria demócrata era el día de la beneficencia. Puertas abiertas para todos los desfavorecidos que penan las tierras al sur del Río Grande. La llamada no de la selva, sino la de la Casa Blanca. Y no. Biden nunca planeó convertir Estados Unidos en una suerte de revival de la isla de Ellis con todos los gastos pagados. Megaestado solidario para auxilio de los parias de la tierra: Puede que alguien se tragara el cuento chino de Joe y Kamala, recostados en la propaganda de los grandes emporios emporios mediáticos y tecnológicos, pero nadie con un mínimo conocimiento de Estados Unidos, el establishment y sus gentes. Por eso las detenciones de migrantes en la frontera con México alcanzaron en mayo otro máximo histórico con más de 180.000, de los que más de un 62% fueron deportados de inmediato. En su mayoría, se trató de adultos que viajaban solos. Con seguridad, esa mano alzada que busca ayuda en la foto para salir de un agujero en la brecha del muro fronterizo en Yuma, Arizona, piensa que el final de la escapada camino del sueño americano está cerca. En realidad, las probabilidades juegan en su contra. Puede que a esta hora busque ya en México otra oportunidad.