LOS OTROS HIJOS DE IBRAHIMOVIC
SUECIA (14, 21:00)
«El retorno de Dios». Así anunció Zlatan Ibrahimovic en marzo su vuelta a la selección, de la que se había retirado en 2016. Pero esta aparición fue más terrenal que divina y una lesión apartó al delantero del Milan, de 39 años, de la Eurocopa. Cuando todavía se estaba acostumbrando a volver a jugar con Ibra y todo lo que ello significa, Suecia tuvo que mirar hacia atrás y recuperar los automatismos que le permitieron sobrevivir sin él. Perdió a su futbolista con más talento, pero sobre todo a su único líder, a su referencia en el campo y fuera de él, a un hombre con una personalidad arrolladora que arrastra a todo el grupo detrás de él y lo arropa cuando se tuerce el camino. Ibrahimovic dice que sus compañeros en el Milan son como sus hijos y su ausencia ha dejado huérfanos a sus otros «vástagos», los de la selección nacional.
Con o sin Ibrahimovic, Suecia se mantiene fiel a su idea futbolística. Tienen muy claro cómo quieren interpretar este juego e intentan compensar la ausencia de un futbolista que marque diferencias moviéndose como un bloque bien ensamblado. A partir de un inamovible 4-42 practican un juego directo y recurren a los balones en largo como principal recurso para llegar cuanto antes al área rival.
No se entretienen en la elaboración de las jugadas y efectúan transiciones rápidas. Muchas de sus incursiones ofensivas suelen terminar con un centro desde el lateral para buscar el remate de los delanteros o de los centrocampistas que se incorporan desde atrás. Fuertes físicamente, se sienten cómodos sin la pelota y acostumbran a jugar con las líneas muy juntas para minimizar las dudas que genera su defensa. Este juego tan simple como poco vistoso les ha llevado a su sexta presencia consecutiva en la fase final de una Eurocopa, aunque quedan muy lejos las semifinales que alcanzaron en 1992.