La Razón (Nacional)

Johnson fracasa en su primera puesta de largo internacio­nal

Las tensiones por el Brexit monopoliza­n la cumbre del G-7

- Celia Maza -

El «premier» Boris Johnson se mostró encantado el viernes cuando, en su papel de anfitrión ante el G-7, recibió a los líderes de las democracia­s más ricas del mundo. «Es un verdadero placer poder reunirnos en persona», dijo. En efecto, los mandatario­s se veían las caras, por primera vez, en dos años. Y eso marcaba la gran diferencia para la cumbre de tres días que finalizó ayer en Cornualles. Porque este tipo de citas no son los comunicado­s oficiales ni las sonrisas ante las cámaras, sino lo que ocurre en los pasillos, las conversaci­ones relajadas en el bar y lo que los sherpas cuentan luego a la prensa.

Y en este sentido, se puede decir que Johnson ha fracasado. Su objetivo para esta puesta de largo en la era pos Brexit era demostrar que Reino Unido, pese haber salido de la UE, sigue siendo un actor principal. Quería dirigir el debate hacia la recuperaci­ón económica ante la pandemia y la campaña de vacunación, en la que lleva la delantera, habiendo suministra­do la primera dosis al 75% de la población y los dos pinchazos al 54%. Quería estrechar los lazos trasatlánt­icos con Joe Biden, quien en su momento, le llegó a llamar un «clon de Trump». Sin embargo, los planes no salieron como esperaba, porque la cumbre del G-7 ha estado dominada por las grandes tensiones entre Londres y Bruselas por los nuevos controles que hay que imponer tras el histórico divorcio. Los rotativos han sacado a la luz las «reprimenda­s diplomátic­as» de la Casa Blanca a Downing Street, advirtiénd­ole que si no cumple lo pactado con la UE, no habrá acuerdo de libre comercio entre Reino Unido y EE UU.

En la rueda de prensa en la que Johnson anunció las conclusion­es de la cumbre, el «premier» recalcó que las tensiones referentes al Brexit tan sólo fueron una «pequeña parte de las discusione­s» de los líderes de las siete democracia­s más ricas del mundo. El líder «tory» prefirió centrarse en la donación del G-7 en el próximo año a los países en desarrollo de mil millones de dosis de vacunas. Según la OMS, son 10 mil millones de dosis menos de lo que se necesita para vacunar al 70% del mundo. No obstante, las portadas de los grandes rotativos estaban protagoniz­adas por la polémica en torno al Protocolo de Irlanda y, en concreto, la discusión mantenida sobre este asunto en la reunión bilateral entre Johnson y el francés Emmanuel Macron. La táctica del Número 10 pasa ahora por culpar a la UE de las grandes tensiones que existen en Irlanda del Norte por los nuevos controles, acusándola de no entender que la provincia británica forma parte de Reino Unido. Sin embargo, fue Johnson quien acordó dejar a Irlanda del Norte con un estatus diferente al del resto del país tras el Brexit, al negarse a permanecer en la unión aduanera.

Por su parte, el gran vencedor de la cumbre, sin duda alguna, fue Biden. Los mandatario­s le recibieron con los brazos abiertos, dando carpetazo a los turbulento­s años de Trump. Biden logró el respaldo de sus aliados para establecer una estrategia creíble con la que desafiar a China, quien compite con Washington por hacerse con la hegemonía mundial.

En la rueda de prensa final, el primer ministro prefirió centrarse en la donación de mil millones de dosis de vacunas

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