CONTRA REMEDIA AMORIS

Para escapar no sirven sus defectos, ni tirar los retratos ni buscarse una amante mejor que nos comprenda.

Tampoco ser promiscuo ni ser fuerte, probar raras posturas o dormirse mientras que traducimos la Ilíada. Para escapar de amor, solo amor vale. Tocar el precipicio de su nombre. Ver el abismo al fondo y el martirio. Tirarte. Saber que volverías a quererla.

ASPECTO Y MODO

Importa la manera de enfrentarlo y nunca el compromiso de su tiempo. El tiempo es solo el precio al que la vida nos vende su costoso aprendizaje. Importa lo que amamos, el principio de todo el esplendor y su final. Importa quiénes fuimos mientras tanto.

HUECOS

Las grietas al final de la escalera. Los sábados que nunca ocurre nada. Las bajas de centurias y legiones. La ausencia entre las ruinas de los templos destruidos. El cráter de la luna. Un niño detenido en el espejo del espejo de todas las edades. Un hombre que lo mira con tristeza. El mundo fragmentado que me cruza de repente, y siento lo que falta, y siento que jamás me había dolido. Vacíos del vacío que has dejado.

LAS DOS DAMAS DE SAN FRANCISCO

La dama que prefiero es la Riqueza. Con ella he de casarme, pero nobles y apuestos caballeros la protegen. Su castillo es de oro y en las torres vigías de mil ojos hacen guardia: nadie pasa ni nadie es nunca visto. El combate se libra en la llanura y la dama contempla, en la alta torre, al nuevo pretendiente que la busca, pero siempre han perdido los mejores. También hay otra dama, la Pobreza, que no tiene castillo y, como nadie la protege, no hay nadie interesado. El que quiere ganarla no se enfrenta ni a huestes infernales, ni a la hoja cruel y vengativa de una espada: se enfrenta únicamente al noble cuerpo, al hambre, al deterioro, a la fatiga, al asco que nos da ser como somos.