«El comportamiento de la madre de Anna y Olivia es ejemplar»
El periodista abre las puertas de la Fundación FQSDglobal a Beatriz Zimmerman
El trágico final de Olivia y Anna, las niñas desaparecidas de Tenerife, no deja indiferente a nadie, y menos a Paco Lobatón, presidente de la Fundación QSDglobal, dedicada desde hace años en cuerpo y alma a la búsqueda de personas desaparecidas.
El periodista asegura que «como ha señalado la madre de las niñas, estamos ante un caso extremo de violencia vicaria, de una crueldad inusitada por parte del padre, y difícil de comprender, en términos humanos. Se puede ser cruel, pero no hasta el punto de acabar con la vida de unos seres tan indefensos, de sus propias hijas. Esto desborda todas las categorías y parámetros, habidos y por haber. Quiero subrayar que el tratamiento de los hijos como arma arrojadiza en una confrontación entre adultos, atenta contra lo más importante de todo esto, que son los niños y sus derechos».
– El derecho a la vida…
– Efectivamente. A la vida, a ser felices. La lección que debemos extraer de todo lo ocurrido, tiene que ver, aparte de con la solidaridad con la familia de las dos niñas, con el aprendizaje de que los hijos no son propiedad de los padres, sino sujetos de Derecho, personas con derechos «per se», como seres humanos que son. Por tanto, no basta con invocar la Ley Integral de Protección de la Infancia, sino que nos apliquemos, persona a persona, el principio de que, cuando se trae un ser al mundo, se convierte en una persona con derechos propios, que no son propiedad de los padres
– La entereza de Beatriz Zimmermann, la madre de Olivia y Anna, en estos momentos tan dramáticos es digna de admiración
– El comportamiento de esta madre ha sido, y es, ejemplar. Mientras el caso estaba abierto, apelando a lo mejor de la condición humana de su ex marido, Tomás Gimeno, a su amor por sus hijas; y, también, un comportamiento de mayor templanza ante la incertidumbre, y generosidad cuando se ha enfrentado a lo peor de todo.
– Le recuerdo que su última carta fue una llamada a la esperanza.
– Sí, apelando a que la tragedia que ella está viviendo, no se vaya a repetir en el futuro; y esa es la lección que debemos tomar.
– Beatriz se muestra dispuesta a colaborar con organizaciones de búsqueda de personas desaparecidas…
– Y las puertas de nuestra Fundación las tiene abiertas de par en par si necesita nuestra ayuda. Los familiares de desaparecidos demuestran una generosidad inmensa, que les convierte en gigantes desde el punto de vista humano, y un claro referente.
– En esta etapa de confinamiento se ha cultivado el término resiliencia. ¿Qué connotaciones tiene?
– Es la capacidad de una persona para sobreponerse a circunstancias traumáticas, situaciones adversas. En el caso de Beatriz, la muerte de sus hijas de una manera tan cruenta y cruel.
– ¿Y qué consejo le daría?
– En una situación tan dura, debemos respetar su duelo y el del resto de la familia de las niñas,. Después, un deber de acompañamiento y asistencia concretas, desde el plano psicológico, a todos los familiares y su entorno.
– Es que el impacto es brutal
– Mucho. En un estudio realizado por los doctores Aida de Vicente y Pablo Santamaría sobre el impacto traumático que causan las desapariciones, y me remito al caso de Olivia y Anna, la conclusión es que es similar al de las víctimas de una guerra, las de casos de violencia de género o de un atentado terrorista. Ese estudio se presentó en un encuentro en nuestra Fundación. La sociedad debe tomar este tipo de conclusiones con una seriedad muy necesaria.