«CS YA NO PINTA NADA, PERO NI ALLÍ (EN CATALUÑA), NI AQUÍ, NI EN CASI NINGÚN SITIO»
C omo casi todas las semanas la sesión de control al Gobierno fue ese despertar de ruido y bronca habitual de las mañanas de los miércoles en los que la agenda gubernamental abre un hueco a que los ministros hagan parada unos minutos en el banco azul. Tampoco el parlamentarismo atraviesa su mejor momento desde que Pedro Sánchez y los comunistas cogieron los mandos del Ejecutivo. El Legislativo atraviesa una desgraciada y particular travesía del desierto porque a este gabinete especialmente, y sobre todo, al presidente, le resulta desagradable soportar el incordio de tener que dar explicaciones cuando todos deberían estarle eternamente agradecidos por haber salvado a España y a cientos de miles de personas de una muerte segura con el virus. Pero esa es otra historia que viene a cuento de forma tangencial a propósito del encontronazo encontronazo entre Inés Arrimadas y Carmen Calvo, a la que se la ve a disgusto con cada uno de los que se le ponen por delante y no loan los sacrificios y los hitos del Ejecutivo en todos los órdenes de la vida nacional. La líder de Ciudadanos la inquirió por los indultos a los golpistas de octubre contra el criterio de prácticamente todo el mundo, puede que incluso de los agraciados, pues no los han solicitado ni los quieren, salvo para volverlo a hacer. La vicepresidenta pudo insistir e incluso regodearse en el argumentario pedestre elaborado en Moncloa, pero optó por hacer leña del árbol caído, el golpe el verbo desdeñoso y el tono arrogante y perdonavidas: «Ciudadanos ya no pinta nada, pero ni allí (en Cataluña), ni aquí, ni en casi ningún sitio». Más allá de que conviene no enterrar al muerto antes de tiempo, Carmen Calvo sabe mejor que muchos que la singladura pública no suele ser una línea recta y que nada es definitivo hasta el final. En su historial acumula desventuras políticas para regalar. Pedro Sánchez la rescató de un exilio interior para tocar las narices a Susana Díaz después de que Chaves y Zapatero firmaran sendos finiquitos. Nunca sobra algo más de talla y estilo.