Música de acordeón contra la tiranía y el autoritarismo
El libro arranca con la muerte de Makarov, acordeonista represaliado y un luchador por la libertad... o quizá no sea así exactamente
La narrativa del periodista y escritor Manuel Calderón, con novelas como «Bach para pobres» y «El hombre inacabado», se caracteriza por aunar la pura ficción con el examen de lacerantes conNobel flictos sociohistóricos. Es lo que encontramos en «El músico del Gulag», relato que arranca ante el cadáver de Gregori Makarov, un incierto personaje que aseguraba haber sido un preso en la región de Kolimá, en uno de los campos soviéticos de concentración de la siniestra red del Gulag. Acordeonista, represaliado en la lejana Siberia, sobreviviente a esa calamidad... o no exactamente. La incierta ambivalencia identitaria de este personaje es el conseguido pretexto para reflexionar sobre las utopías totalitarias y el terror que asolaron al siglo XX.
Con el referente del Premio Alexander Solzhenitsyn, tan atacado en su día por una intelectualidad de arraigadas veleidades izquierdistas, se avanza en una historia de suspense político, crítica cultural y deriva sociológica. Entre certidumbres e imposturas, denunciando la taimada construcción del relato, surge el dilema: «Queremos que la mentira sea cierta, que se convierta en una verdad aceptada, y por eso decimos con el alma en vilo: que no acabe este sueño». Denunciando el espejismo de la radicalidad autoritaria, de idealista esencia tiránica, esta novela se adentra en la defensa del racionalismo liberal y la tolerancia ideológica. Cierto amargo escepticismo, alguna esperanzada mirada y la cuidada prosa realista marcan este interesantísimo libro.
▲ Lo mejor
La acertada inserción de la ética civil en un argumento de intrigantes y variadas historias
▼ Lo peor
Nada apenas a destacar en un volumen de tan razonada elaboración como este