Miseria y esperanzas en los suburbios
Obra: «La Bohème». Dirección musical: Giampaolo Bisanti. Direc. de escena: Àlex Ollé. Cantantes: Ayan, Anita Hartig, Toni Marsol, Roberto de Candia, Roberto Accurso. Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatro del Liceo. Barcelona, 14-VI- 21.
El director de escena Àlex Ollé se estrenó como director de escena en residencia del Liceo con esta reposición de «La Bohème» proveniente de Turín. Su propuesta ideada nada menos que para el 120 aniversario del estreno de la popular ópera pucciniana en el Teatro Regio en 2017 está ambientada en los suburbios parisinos en época moderna. Un barrio desangelado y multirracial donde los jóvenes artistas sobreviven al frío y la falta de dinero mientras anhelan triunfar en la vida. Ollé transforma el entorno con una serie de gigantescas estructuras metálicas a modo de tristes edificios colmena del extrarradio parisino, de gran efecto, a cargo del escenógrafo Alfons Flores y lo enmarca perfectamente con una muy conseguida iluminación de Urs Schönebaum. El extravagante vestuario de Lluc Castells marcó el estilizado Caffè Momus muy atractivo e interesante a nivel escénico, con camareras con peluca de color azulado y zapatos tipo drag queen, pero por el contrario resultó bastante feo e insulso el vestuario de los jóvenes artistas y del coro, caracterizado como los habitantes del barrio francés. Desde el punto de vista musical lo mejor de la velada fue la exquisita interpretación de la partitura a cargo de un inspirado Giampaolo Bisanti, en una de sus mejores actuaciones frente a la Orquesta del Liceo, destacando toda la riqueza y exquisitez de la popular y excelente partitura pucciniana y culminando los aspectos más dramáticos con el temperamento y la fuerza requerida. Lástima que la pareja protagonista no alcanzase la excelencia esperada. El tenor brasileño Atalla Ayan fue un Rodolfo de voz elegante y cuidado fraseo, pero de proyección canora escasa, algo imperdonable en una ópera donde el anhelo vital de los amantes y el verismo particular del compositor deben brillar especialmente. Además, la Mimí de Anita Hartig precisamente descolló por la calidad y proyección de sus potentes agudos, con lo que quedó más marcadas las diferencias con su amante. Una Mimí de muy interesante nivel canoro a pesar de que le faltó una mayor calidez y expresividad para obtener un éxito completo, siendo la más aplaudida del reparto. Del resto de bohemios, destacar al pintor Marcello con una interesante interpretación actoral y canora a cargo del barítono Roberto de Candia, el correcto Schaunard del barítono Toni Marsol y el poco atractivo Colline del bajo Goderdzi Janelidze. La Musetta de Valentina Nafornita cumplió con creces con el extravagante papel asignado por la dirección de escena de femme fatale algo discotequera y con un rutilante registro agudo. Una producción interesante, con una muy correcta dirección de actores y un enfoque actualizado bastante atractivo a pesar de lo gris de la propuesta, con momentos destacados como los enormes edificios del barrio, el comentado del Caffé Momus y la plaza invernal del tercer acto, exquisitamente iluminada. Una altura que parecía dejar algo expuestos a los cantantes en el primer acto, pero que funcionó mejor de lo esperado a lo largo de la ópera y en especial en el último acto, con la muerte de la protagonista.