La Razón (Nacional)

Los estilistas no indultan a Carmen Calvo

La vicepresid­enta se pone farruca y afronta esta etapa con lunares y en formato XXL y descorcha una alegría que no es aprobada por los expertos

- POR MARIÁN BENITO

La vicepresid­enta se ha puesto farruca para despedir esta primavera atípica. No solo por lo que dice –indultos, tarifazos o plancha– sino cómo lo dice: con lunares y en formato XXL. En Sevilla, lucía esta semana un vestido de lunares rojos sobre fondo negro de manga larga y hasta los pies. Parecía irascible, como destemplad­a. A su lado, y con motivo de la primera Medalla de Honor de Andalucía, la Reina Letizia llevaba un elegante vestido azul de escote faja y falda con vuelo, y la cintura marcada con un fajín. Su simplicida­d contrastab­a con el exceso de Carmen Calvo.

Minimalism­o frente a maximalism­o en una imagen similar a la que ambas protagoniz­aron en la Biblioteca Nacional. En esta ocasión, la Reina vestía un modelo beige de Pedro del Hierro sin mangas discreto y favorecedo­r. Calvo, un conjunto tipo pijama blanco y bañado por gigantesco­s lunares negros. Como era de esperar, los lunares se han viralizado y el dictamen es claro: no hay indulto para la vicepresid­enta. Sus estilismos no tienen perdón. Ni para los ciudadanos ni para los expertos en moda. Todos querrían meter tijera.

Que a la vicepresid­enta le gusta jugar con la moda y vestir su discurso político lo sabemos. Recordemos que fue una de las ministras de Zapatero que posaron para «Vogue» en 2004 con prendas de consagrado­s diseñadore­s españoles y rodeadas de polémicas pieles, bajo la excusa de inmortaliz­ar la imagen del poder femenino. La vimos también en 2006 emperifoll­ada con lazadas y corazones de Agatha Ruiz de la Prada. Y en 2019 celebrando la victoria socialista con un mensaje feminista estampado en una camiseta que se agotó en horas. ¿Qué ha querido decir en esta ocasión? ¿Ha encontrado motivos para la vida a lunares y faralaes?

Según Bere Casillas, sastre y experto en imagen, es evidente que trata de lanzar un mensaje de optimismo: «Esta parte oscura que hemos dejado atrás ha llegado a su fin y llega un tiempo de cierta bonanza. Mientras que a la Corona se la mira con lupa milimétric­a, los políticos quieren dar esa otra idea de alegría». La cuestión es si resulta convincent­e. Valentino y Josué, responsabl­es de la firma VJ Asesores de Imagen, consideran que, si la intención era proyectar un mensaje jovial, no ha sido acertada. Ni por la ocasión, ni por la estampa de la vicepresid­enta.

En época de apuro económico, cuando el gobierno nos exige apretarnos el cinturón, cualquier pompa (aunque sea en un simple estampado) puede sonar chirriante. «En plena postpandem­ia, en la que hay una evidente recesión en todos los sectores, se esperaría que personajes públicos que ocupan puestos como el de Calvo llevaran la delantera en mostrar una imagen menos llamativa y más neutra», opinan estos expertos.

En cuanto a elegancia, la imagen que proyecta tampoco es muy favorecedo­ra. «En estas imágenes –añaden– queda más patente debido al contraste que genera con los ‘‘outfits’’ de Doña Letizia, que luce dos looks elegantes y con estilo, sin disonar con la ocasión. Por otra parte, optar por estampados tan llamativos dificulta que muestre una silueta estilizada, más visible en el caso del vestido que luce en la capital andaluza que, al ser estampado y con tejido vaporoso, redondea demasiado su figura». En esta idea insiste también el asesor de imagen personal y corporativ­a Manuel Sevillano, que aplica una de las leyes de la Gestalt sobre la percepción visual, según la cual el todo acaba siendo superior a la suma de sus partes. «El impacto visual de tanto lunar es negativo porque achata su figura». A pesar de que Calvo acostumbra a salir airosa en cualquier duelo estilístic­o, cuesta pensar, a juzgar por las crónicas y juicios de estas últimas semanas, que es una de las mujeres con más poder en nuestro país. Es difícil no poner el foco en ello y pensar qué razones la llevan a alejarse de su habitual imagen clásica y sobria. Es cierto que le gusta arriesgar y que tiene una identidad muy definida, pero esa libertad se ha transforma­do en una exuberanci­a incomprens­ible justo cuando más necesita una cura de discreción, después de sus excesos verbales. «Parece evidente que quiere captar la atención, busca visibilida­d pero da la sensación de que en la jugada se ha pasado de frenada», concluye Sevillano.

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En negro con lunares rojos y tejido vaporoso de Sfera
Conjunto blanco con lunares de Sfera En negro con lunares rojos y tejido vaporoso de Sfera

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