Anorexia, suicidios, abusos... cuentos que duelen como heridas
► Iria Fariñas compone un volumen de relatos contundentes que muestran las heridas que dejan la anorexia, la violencia y los abusos
estas páginas encontramos sillas que sirven para mirar a una pared, mujeres que se bañan en cartas o espaldas que son la puerta a un cementerio de elefantes. Cuentos que tienen la virtud de lo preciso narrado a través de instantáneas que consiguen retorcerse por sumideros desconocidos hasta desprender el aroma de lo inquietante que nos llevará a lo oscuro por lo más oscuro y a lo desconocido desde lo desconocido. Un ramillete de relatos cuyo cordón umbilical es la maternidad, la sexualidad, la agresividad... y están habitados por personajes siempre a un cuarto de hora de la violencia. Hallaremos anorexia, abusos, suicidio, pérdida, muerte, huesos rotos, brazos que no aparecen, casas que no se desean.
Fariñas emplea el arte de la reparación de las heridas exponiendo las fracturas en lugar de ocultarlas. El dolor se ha explicado de muchas maneras, pero esta autora lo ha acumulado en una suerte de capitalismo onírico contra el que es imposible luchar. La rendición ante unas fábulas sobre la existencia humana, la desolación sin paliativos; una poética sobre la vida elevada contra el ineludible horiEn zonte de la muerte, el único tema de cada una de estas «cicatrices». Fábulas afinadas con el diapasón de la herida cuya consecuencia ineludible es la cicatriz, el costurón, la señal, el chirlo...
Dismorfismo y ausencias
Podría decirse, sin embargo, que no son narraciones sino poemas mistéricos apoyados en una sintaxis deliberadamente quebrada para explicar (se) todos los agujeros negros de la existencia: dismorfismo, suicidio, infancia, ausencias... Así, el lector se adentra en la sucesión de poemas en prosa pasando las páginas. No se puede avanzar con prisa, hay que regresar al último párrafo leído, porque, tal vez, una frase nos ha espoleado o porque porque un deslumbramiento cegó el camino. Cada página contiene la posibilidad de un alojamiento. Una invitación al desasosiego de la belleza. Un libro cargado de licencias poéticas y obligatorio en medio de tanto relato banal.