Amenazado por su pasado
► Quique se la juega ante el Atlético, con el que ganó dos títulos antes de la era Simeone
«Doce años después, los atléticos todavía me recuerdan ese momento que cambia la dinámica del club en cuanto a títulos europeos. Fueron dos años en los que me divertí muchísimo», explica Quique Sánchez Flores cuando le recuerdan su pasado en el banquillo del Atlético. Fueron dos temporadas (2009-10 y 2010-11), en las que el técnico ganó la Liga Europa y la Supercopa continental con los rojiblancos, rompiendo una larga sequía de títulos continentales antes de la llegada de Simeone. «Cuando vuelvo (al Metropolitano) es como cuando lo hago a Valencia, dónde tengo gran parte de mi historia, o cuando piso el Santiago Bernabéu», continuaba un técnico que ahora está contra las cuerdas en otra de sus casas futbolísticas, el Getafe.
Los azulones han perdido los cuatro partidos jugados en 2023 (Sevilla, Espanyol, Barcelona y Betis) y el «Quique, vete ya» se ha escuchado en el Coliseum, señalando al hombre que el curso pasado recompuso a un equipo que estaba muerto. «La temporada pasada, en una situación mucho más incómoda, disfruté muchísimo y sentí que estábamos unidos como club. Este año, estando fuera del descenso casi todo el tiempo, tiempo, me he visto acusado y señalado», continuaba en la previa de la visita al Atlético, un dolor de cabeza para los del sur de Madrid.
Quique dijo el día que arrancaba su tercera etapa en el banquillo del Coliseum que cuando los entrenadores aceptan un trabajo se meten en una centrifugadora que acaba llevándoselos por delante. Y ahora mismo parece que su tiempo en Getafe se está agotando si las cosas no cambian, con el equipo penúltimo y el vestuario fracturado, como él mismo admitió ayer, señalando a Maksimovic y a otros futbolistas. «Ha habido jugadores que no han podido jugar, otros que no han querido y otros que han tenido dificultades para sentirse identificados con el club durante el mercado de invierno», lanzaba Sánchez Flores, consciente de que su liderazgo en el vestuario está algo tocado. Hoy llega al Metropolitano, que fue su casa pero ahora es una amenaza para su futuro.