Reparar los últimos cuatro «Leopard» para Ucrania costará otros 3,5 millones
► El contrato para la «puesta en condiciones de operatividad» de los carros de combate ya está en fase de evaluación previa
A principios del pasado mes de marzo, el Ejército de Tierra licitó el contrato para la reparación de seis carros de combate «Leopard» del modelo 2A4 para enviarlos a Ucrania. El coste total: unos 5 millones de euros (4,1 millones sin impuestos), a 833.333,05 euros por unidad de media. Pero varios días después, la ministra de Defensa, Margarita Robles, confirmaba las intenciones que ya mostró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a finales de febrero: que el Ejecutivo enviaría otros cuatro blindados más al Ejército de Volodimir Zelenski, elevando así hasta diez la flota de «Leopard» que mandaría España. Ahora, la licitación del contrato para la reparación de estas cuatro últimas unidades ya está publicada y en fase de «evaluación previa», por lo que únicamente se hace referencia al importe del mismo: 3,5 millones de euros (2,9 millones sin impuestos).
Así se desprende del expediente publicado en la Plataforma de Contratación del Sector Público, en la que el Mando de Apoyo Logístico Logístico del Ejército de Tierra (MALE) publicita este contrato de servicios. Y aunque el formato es similar al primero, en esta ocasión no incluye la apreciación: «Excluido de la Ley de Contratos del Sector Público en los ámbitos de la Defensa y Seguridad de conformidad con el artículo 7.1 b», aunque por el momento no se revela ninguna «información contraria a los intereses esenciales de la Seguridad» más allá del valor total del mismo. Y es que, en principio, se repetirá el mismo proceso que con la primera tanda de seis vehículos.
De esta forma, la encargada de su puesta a punto vuelve a ser GDELS-Santa Bárbara Sistemas en su planta de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), de donde salieron el pasado 23 de marzo los primeros blindados reparados y donde ya se encuentran los últimos. En principio, si todo avanza como entonces, la duración de las reparaciones se prolongaría durante al menos dos meses hasta que estén, como dijo entonces la ministra, «en condiciones totalmente operativas y seguras». Eso sí, en este caso parece que este lote está en peores condiciones, por lo que el tiempo que pasarán en el «taller» podría ser más que el inicialmente previsto.
Así que, de nuevo, cada vehículo se desmontará por completo y se revisará minuciosamente, pues no todos necesitan las mismas reparaciones después de más de una década almacenados en las instalaciones de la Agrupación de Apoyo Logístico nº 41 (Aalog 41) en el polígono de Casetas en Zaragoza.
Por ello, al igual que con el lote inicial de seis, en este caso se trabajará con una cifra media aproximada de 875.000 euros por vehículo, aunque, «debido a la diferencia de necesidades de mantenimiento correctivo de cada uno» de los carros de combate, la oferta se contemplará, de nuevo, en su conjunto (3,5 millones), algo que permitirá, según lo que requiera cada uno de ellos, «invertir más recursos en unos carros que en otros, siempre sin superar la oferta presentada», tal y como se reflejaba en el primer contrato, en el que incluso se pidió a Santa Bárbara que mejorara la oferta, algo que no pudo hacer.
Los puntos claves a revisar: el sistema de mando y control, que es la esencia operativa del «Leopard»; tren de rodaje y motor, afrontando la sustitución de la mayor parte de piezas; sistema de combustible, incluidos depósitos, y el cierre del arma principal, de 120 mm y ánima lisa.
Desmontaje completo
Con los primeros seis blindados que ya llegaron a su destino, lo que se hizo fue, según explicó en su día Juan Escriña, director general de Santa Bárbara Sistemas, un «desmontaje completo de los sistemas, separación en subsistemas y reparación y adaptación de cada subsistema y vuelta a integración». Todo con personal que trabajó en la fabricación de los «Leopard» de la «versión española», los modernos 2E. Y se hizo, detallaron entonces, en «un tiempo récord». Una puesta a punto que, al mismo tiempo, contó con unas exigentes pruebas para garantizar tanto su correcto funcionamiento como la seguridad para el personal ucraniano que los manejará, entre ellos los 55 efectivos que fueron entrenados en nuestro país.
«Se ha hecho un trabajo riguroso, concienzudo y con una validación muy exigente», apuntó a finales de marzo el jefe del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra, teniente general Fernando de las Hijas. Unas comprobaciones que también incluyeron pruebas de tiro posteriores en Córdoba.