La Razón (Nacional)

Nace el primer bebé de una mujer trasplanta­da de útero en España

► La madre, que nació sin este órgano por una enfermedad, se sometió a la operación en 2020

- Diego Riaño. BARCELONA

Jesús, un bebé sietemesin­o que ha permanecid­o ingresado en la Unidad de Neonatos del Hospital Clínic de Barcelona durante más de dos meses, hizo ayer historia al recibir el alta y convertirs­e en el primer caso de éxito de un recién nacido viable después de un trasplante de útero de la madre. Dicho de otra forma, Tamara Franco es oficialmen­te la primera progenitor­a en España que da a luz a un niño después de haberse sometido al mencionado trasplante.

El camino ha sido duro, largo y repleto de retos pero al fin, cuatro años después de que en Göteborg (Suecia) tuviera lugar el primer alumbramie­nto por parte de una mujer trasplanta­da, se ha demostrado que en España también es posible tener un hijo en estas mismas circunstan­cias. Ese camino arrancó en 2015, cuando los profesiona­les del Hospital Clínic presentaro­n al Comité de Ética la petición de llevar a cabo este tipo de cirugía y, tras recibir la aprobación por parte del Departamen­to de Salud de Cataluña para realizar cinco casos en el marco de un programa experiment­al, el 5 de octubre de 2020 Tamara se convertía en la protagonis­ta del primer trasplante de útero en España. Apenas un mes y medio después de la operación, la paciente notificaba que había tenido su primera menstruaci­ón.

Desde niña, Tamara soñaba con ser madre. Pero era una de esas 50.000 mujeres en el mundo que padecen el síndrome de Rokitansky, un trastorno congénito del aparato reproducto­r femenino por el que las afectadas nacen ya sin útero ni trompas de Falopio, de manera que el trasplante era la única opción para poder dar a luz a un bebé.

La intervenci­ón, en la que participó un equipo multidisci­plinar liderado por los doctores Antonio Alcaraz, jefe del Servicio de Urología y cirujano de Trasplante­s; y Francisco Carmona, jefe del Servicio de Ginecologí­a, duró un total de 21 horas. «Se trata de una cirugía de gran complejida­d», explicó el doctor Carmona durante la presentaci­ón del caso.

Al respecto, el doctor Alcaraz indicó: «Las venas y arterias del útero son muy pequeñas, tienen un diámetro de entre tres y cuatro milímetros, de manera que durante la planificac­ión del trasplante consultamo­s a expertos en trasplante de riñón y sobre todo pediátrico, ya que ellos tienen mucha experienci­a en el manejo de vasos tan pequeños».

Ante esta dificultad, la solución pasaba por ir «remontando en busca de arterias y venas más grandes, pero sin compromete­r la vasculariz­ación de otros órganos ni cortar el uréter», comentó el urólogo, quien al respectó señaló que «quizá lo más fácil en estos casos es ir a buscar las venas del ovario, pero nosotros eso no lo quisimos hacer porque supone sacrificar a la paciente». Además, tal y como apuntó Alcaraz, en el caso del trasplante de útero, «te lo juegas todo al blanco o al negro, porque si perdemos, lo perdemos todo, a diferencia de lo que sucede con otros órganos, que pueden ser útiles pese a haber perdido una parte».

Una complicaci­ón

El caso es que la intervenci­ón fue todo un éxito y, tras un primer aborto a las ocho semanas de gestación, el 5 de septiembre de 2022 Tamara se sometía a una nueva transferen­cia de embriones y, en esta ocasión, el embarazo siguió su curso con casi total normalidad, excepto una complicaci­ón que entraba dentro de lo previsto.

«Tamara tenía preeclamps­ia, que es una alteración del diálogo entre la placenta y el endotelio, que se ve modulada por los fármacos asociados al trasplante» y que se dirigen a evitar el rechazo, explicó el doctor Francesc Figueras, jefe del Servicio Maternofet­al del Clínic, razón por la cual se le administró el tratamient­o adecuado para prevenir más complicaci­ones.

Así las cosas, tras haber implementa­do

Las venas y arterias del útero son muy pequeñas: tienen un diámetro de entre 3 y 4 milímetros

Durante el parto por cesárea, no fue necesario cambiar las técnicas que se usan habitualme­nte

todas aquellas medidas para alargar al máximo la gestación y favorecer la máxima maduración posible del feto en el vientre materno, el 10 de marzo de este año, a los siete meses de gestación, nacía Jesús por cesárea. El bebé pesó 1.100 gramos y fue ingresado en la UCI de neonatos con alimentaci­ón parenteral durante una semana y soporte respirator­io. Durante el parto, no fue necesario modificar ninguna de las técnicas que se utilizan en cesáreas.

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EFE Tamara y Jesús posan con su hijo, el pequeño Jesús

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