El otro desastre inevitable que acabó con la vida de Pompeya
Hallan dos esqueletos de personas que no murieron por las cenizas volcánicas
Quizá fuera una muerte más rápida y menos dolorosa que la que propició el Volcán, pero igual de inevitable. La erupción del Vesubio que tuvo lugar en Pompeya el 24 de agosto del 79 d.C. no fue la única razón por la que sus habitantes fallecieron sin escapatoria. Hubo otros motivos, y que también pertenecen a la categoría de desastre natural. En las ruinas de Pompeya, se han hallado dos nuevos esqueletos humanos que han arrojado luz hacia lo que ocurrió en vísperas de la erupción. Estas dos personas –se cree que son hombres de al menos 55 años– no fallecieron por cenizas volcánicas. Según informa Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, murieron aplastados por el derrumbe de construcciones, las cuales se cayeron por un terremoto.
Entre los huesos fracturados de los esqueletos, se han hallado fragmentos de paredes, lo que explica que fallecieran sepultados. Asimismo, se confirma lo que se documenta en las cartas del romano Plinio el Joven, quien escribía sobre la gran magnitud de los seísmos que ocurrieron antes y después de la erupción, y que obtuvieron numerosas víctimas mortales. «Probablemente murieron debido a múltiples traumatismos causados por el derrumbe», explican los expertos del Parque. Asimismo, especifican que uno de los esqueletos tenía un brazo levantado, lo que «tal vez alude a la trágica imagen de un vano intento de protegerse de la caída de la mampostería». Los restos de estos hombres fueron encontrados con las piernas dobladas y, uno de ellos, con un anillo en la mano izquierda. Asimismo, se han encontrado rastros de lo que se cree que es un paquete de tela, con collares y monedas dentro.
«Entre las causas de muerte, el derrumbe de edificios, en algunos casos por los terremotos, resultó ser una amenaza letal», especifican desde el Parque. Unas conclusiones a las que se ha llegado tras miles de años de estudio, y que se perfeccionan gracias «a las modernas técnicas de excavación, que nos ayudan a comprender mejor el infierno que destruyó por completo la ciudad de Pompeya durante dos días y mató a niños, mujeres y hombres», concluye Zuchtriegel.