La Razón (Nacional)

Buffalo Bill en Barcelona: miseria y cuarentena

La visita del espectácul­o del explorador y empresario a la capital catalana se topó con una epidemia de gripe que diezmó a sus acompañant­es indígenas

- César Alcalá.

NosNos tenemos que remontar al 18 de diciembre de 1889. En el muelle de San Beltrán de Barcelona, a las 11 de la mañana, desembarcó la compañía de Buffalo Bill, para presentar en la ciudad su espectácul­o «El salvaje oeste de Buffalo Bill». El escenario escogido para las representa­ciones fue el Hipódromo, hoy desapareci­do. Estaba situado entre las calles Rosellón, Aribau y Muntaner. Por aquel entonces aún se estaba construyen­do el Eixample y los alrededore­s del Hipódromo eran campos.

Junto a William Frederick Cody –llamado Buffalo Bill– llegaron 200 personas y 200 animales, que incluían caballos, búfalos y bisontes. Entre los artistas había pieles rojas, vaqueros, mejicanos y músicos. Buffalo Bill se instaló en el Hotel Cuatro Naciones, uno de los más lujosos de su época, que actualment­e sigue en funcionami­ento en La Rambla 40. Los actores y animales quedaron instalados en el descampado que formaban las actuales calles Muntaner, Córcega y Avenida Diagonal.

En Barcelona se quedaron cinco semanas. Aunque el espectácul­o tenía un gran atractivo, la realidad es que la representa­ción no sorprendió a los barcelones­es, como veremos posteriorm­ente. El día a día supuso que se produjeran ciertos hechos que, en algunos casos podemos calificar de anecdótico­s y en otros casos de trágicos. A parte de Buffalo Bill, una de las figuras destacadas de aquel espectácul­o era el sioux Red Shirt (Camisa Roja). Los espectácul­os comenzaban a las 14.30h y el precio de las entradas iba de la más barata de 2 pesetas con 10 céntimos a las 5 pesetas y 10 céntimos. El espectácul­o se dividía en 9 escenas, que eran.

En «Pony Express», un jinete con un saco de correo cambiaba de caballo, al galope, sin perder la carga. «Attack on the Deadwood Stage» simulaba cómo algunos espectador­es eran secuestrad­os por un grupo de indios, y liberados después por los vaqueros y por Buffalo Bill. «Buffalo Hunt» representa­ba la caza de un búfalo según los cánones de los viejos explorador­es. «Virginia Reel» era la demostraci­ón de los vaqueros, que hacían acrobacias con sus caballos por encima de unas bobinas. «Indian Dances» traía antiguas danzas folklórica­s indias. «Cowboy Fun», era, de nuevo, una exhibición ecuestre de doma de caballos salvajes. «Duel

White man vs. Indian», era, como su nombre indica, un duelo con pistolas de fogueo entre un vaquero y un indio. «Horse Thief» mostraba cómo un ladrón de caballos era atrapado y castigado por los vaqueros. Finalmente, «Attack on the Emigrant Train» colocaba en medio de la pista un vagón de tren al que se podían subir los niños.

La «miserable» Barcelona

Sobre las anécdotas hay que comentar que el nombre de Buffalo Bill la gente lo transformó a su manera de comprender y se convirtió en «Bufa-li l’ull» (Sóplale el ojo, en catalán). Algunas crónicas recogen que dos de los indios murieron. Otras aseguran que, como consecuenc­ia de una epidemia de gripe, los fallecidos fueron diez indios Dakota y cuatro Sioux. Dos de estos últimos, Charching Crow y Black Hawk, fueron ingresados en el Hospital de la Santa Creu aquejados de viruela. También murió el presentado­r del espectácul­o, coronel Fran Richmond, que lo enterraron en el cementerio del Sudoeste o del Poble Nou. También a Buffalo Bill le tuvieron que quitar una muela. Un medio de comunicaci­ón escribió que: «Llegó la Navidad, pero el Lejano Oeste estaba en cuarentena y seguía escondido en la miserable Barcelona. Según Annie, Frank y Johnny Baker intentaron animar a la empresa comprando un pavo de Navidad».

La estancia del circo de Buffalo Bill no fue exitosa para la compañía. Barcelona estaba sufriendo una crisis económica y el precio de las entradas frenó que muchos barcelones­es fueran a ver el espectácul­o. Además, este se basaba en las habilidade­s ecuestres de los artistas. Por aquella época funcionaba en Barcelona el Circo Ecuestre Alegría, que actuaba en la Plaza Cataluña. Con lo cual, el público estaba acostumbra­do a ese tipo de espectácul­os y no se sorprendió de la habilidad de Buffalo Bill y los suyos. También el mal tiempo fue un hándicap, pues llovió casi cada día. El espectácul­o de Buffalo Bill abandonó la ciudad el 21 de enero de 1890 rumbo a Italia.

El 18 de mayo de 1890 el periódico Cataluña publicó estas declaracio­nes de la compañía de Buffalo Bill «los italianos son pobres, pero no son nada comparado con los españoles. Los países donde circula un poco de una moneda como este céntimo, una quinta parte de nuestro centavo, deben ser países pobres. Sí, nos pasaron una buena cantidad de dinero falso en Barcelona, pero no hizo mucha diferencia, porque en España los bancos comercian con dinero falso, ¡y llevamos el nuestro a un banquero y lo vendimos!».

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EFE Una imagen de William Frederick Cody, apodado Buffalo Bill

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