La Razón (Nacional)

La guerra habitual de Luis Enrique

► Ha tenido problemas con Totti, Messi y ahora con Mbappé

- J. A.

El PSG no para y juega hoy el partido de semifinale­s de la Copa contra el Rennes. Luis Enrique no quiere tirar ningún torneo, lo mismo que no quiere, pero no puede, hablar de Kylian Mbappé. Cada vez que lo cambia, tiene que dar explicacio­nes. «Lo curioso es que de una mentira, de una noticia que es una mentira, todo lo que pasa luego en el mundo del fútbol, del periodismo, parte del periodismo. Alguien se inventó un insulto y a partir de ahí ya hay especulaci­ones de todo tipo», aseguraba ayer acerca de los rumores que decían que su jugador le insultó.

Eso no está comprobado, pero sí que es innegable que a Mbappé no le gustó nada su cambio: «Después de los partidos suelo estar bastante cansado. Pero ahora lo vivo con tranquilid­ad, hago mi trabajo lo mejor que puedo, estoy encantado con todos mis jugadores. Mbappé se ha comportado siempre de una manera espectacul­ar», decía el entrenador español. «Es un juego y acepto los errores. No me afecta lo más mínimo lo que digan, no me entero, no lo escucho ni lo leo y a partir de aquí intento dar mi mejor versión», continuó.

A pesar de todo, confía en que termine todo bien: « Me encantaría que acabara bien, para él y para todos», pues «estamos en el mismo barco y queremos llegar a puerto, es mi objetivo personal y profesiona­l». Pocos entrenador­es con la personalid­ad del asturiano. «Este es el trabajo que intento hacer. El grupo está por encima de todas las individual­idades. Estoy dando confianza y minutos a la mayoría. Estoy convencido de que 20 jugadores son mejor que 11. Hay que intentar llegar a final de temporada vivos en todas las competicio­nes y que los jugadores estén metidos», insistía.

Porque el método de Luis Enrique, como se ha ido viendo a lo largo de su carrera, consiste en eso, en intentar demostrar que todos los jugadores son iguales y que él no va a ceder ante las estrellas.

Le pasó con Totti en la Roma, en los comienzos de su carrera. No tuvo ningún reparo en dejar en el banquillo a un futbolista que era algo más que un jugador. Totti era el corazón de la Roma, la identidad del club y casi de la ciudad, pero Luis Enrique no le vio con suficiente forma como para estar al mismo nivel que sus compañeros. No tembló y un día Totti llegó al entrenamie­nto con una camiseta en la que se leía «Basta». No cambió nada, no perdió Luis Enrique esa batalla y al final Totti acabó jugando cuando el entrenador lo decidió.

Con Messi tuvo una gran bronca a mediados de su primera temporada. Se enfrentó al argentino cuando todo era turbio en Barcelona. En enero, después de Navidad, Luis Enrique se atrevió a dejar al argentino en el banquillo. El equipo perdió y ardió todo. Messi era intocable y Luis Enrique quiso cambiar el estatus. El que terminó fuera después de ese lío fue el director deportivo, Zubizarret­a. Pero es que el club era un volcán que parecía irrecupera­ble. Parecía, porque se recuperó y el Barcelona de Luis Enrique y Messi acabó ganando el triplete.

Falta por ver cómo termina lo de Mbappé. Públicamen­te no se dicen nada, otra cosa es lo que pase en el vestuario. Pero Luis Enrique ya ha demostrado que no le importan los líos.

«Kylian se ha comportado siempre de manera espectacul­ar»

 ?? EUROPA PRESS ?? Luis Enrique, junto a Mbappé en el último partido del PSG
EUROPA PRESS Luis Enrique, junto a Mbappé en el último partido del PSG

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