Los obispos españoles piden más ayudas a la maternidad
► Se suman a una prohibición universal a la maternidad subrogada
Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida reclamaron ayer « ayudas efectivas integrales » para que las madres que afrontan un embarazo inesperado puedan seguir gestando a su hijo sin apuros y para que las familias puedan plantearse libre y responsablemente la posibilidad de concebir un nuevo hijo.
En su mensaje para la Jornada por la Vida, que se celebra el próximo lunes, los prelados, bajo el lema « La vida, buena noticia», también se unen a la petición del Papa para que la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente la práctica de la maternidad subrogada. « No hay un derecho absoluto a tener un hijo», advierten para añadir que acogen los avances médicos que ayuden a detectar causas de esterilidad intentando remediarlas pero «no se deberá emplear la técnica para producir de manera artificial la fecundación».
En todo caso, subrayan que es «más grave» cuando «para obtener un bebé se acude a un vientre de alquiler». En este sentido, recuerdan que Francisco tachó de «deplorable» esta práctica que «ofende gravemente a la dignidad de la mujer y del niño» y que «se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre. Un hijo es siempre un don y nunca objeto de un contrato», apuntan.
Los obispos subrayan que la vida «debe ser recibida y valorada y cuidada desde su concepción hasta su muerte natural» y precisan que no es «un derecho absoluto» sin un don de Dios, que implica «una responsabilidad» con implicaciones al inicio, en el transcurso y al final de la vida.
Por eso, consideran que hay que «ayudar a las madres a descubrir que la vida que llevan en su seno realmente es una buena nueva» y cuidar de cada vida humana «especialmente en situaciones de fragilidad». Por eso, denuncian la trata de personas y la «esclavitud moderna» y piden paliar las situaciones de pobreza extrema, revisar las actitud hacia las persona migrantes y evitar que haya personas trabajando en condiciones de trabajo inhumanas.
También reclaman apoyo a las familias para que puedan atender a sus mayores y tener cuidado para no actuar según el criterio de que la ancianidad y la enfermedad «es una carga pesada que debe eliminarse».
Precisamente ayer el Santo Padre recibió en audiencia a la activista francesa contra los vientes de alquiler Olivia Maurel, a quien manifestó su apoyo, informó la Declaración de Casablanca, organización que pide la prohibición universal de la maternidad subrogada.
Maurel, que nació de una gestación por subrogación y se convirtió en activista contra esta práctica debido los problemas mentales que sufrió por ello, había escrito al Papa para poder verle y contarle su historia.
Junto a la activista francesa se encontraban algunos miembros de la Declaración de Casablanca en vísperas de una Conferencia Internacional que se celebrará en Roma sobre el tema. El encuentro, informó la organización, «duró media hora y se desarrolló en un ambiente cordial» y «el Papa recordó que la maternidad subrogada constituye un mercado global que amenaza y explota a las mujeres». «Os apoyo», dijo el Papa a Olivia Maurel.
El Papa recibió ayer a Olivia Maurel, activista francesa contra los vientres de alquiler