El heroico antifranquismo de Sánchez
Sánchez afronta un ciclo político complicado que comienza este viernes con la campaña de las elecciones vascas. Hay un cierto ambiente de desesperación en las filas socialistas, porque las expectativas son una contundente derrota en las europeas y ejercer de palmeros de los nacionalistas en Cataluña y el País Vasco. Es para lo que ha quedado el PSOE, como sucedió en Galicia. En la mayor parte de comunidades autónomas y grandes ayuntamientos ha quedado relegado a la segunda o tercera fuerza. Nada que ver con lo que representó el felipismo. La desesperación se palpa con el tema de la memoria histórica, aunque es mejor referirnos a la desmemoria, que es un instrumento socialista para recuperar el enfrentamiento guerracivilista. El sanchismo y sus aliados mediáticos repiten el esquema de frentes populares que impulsó el comunismo soviético en la Europa de entreguerras. Es lo que se consagró con el Pacto del Tinell. Lo encontramos, también, con la política de Sánchez desde que consiguió la presidencia del Gobierno con una moción de censura. El socialismo está en retroceso en la Unión Europea, como se ha comprobado
Me ha interesado la respuesta de muchos de los agricultores que se manifestaron hace unas semanas cuando, al preguntarles sobre los problemas que padece el campo, han subrayado, entre otros, «el papeleo». La caravana de las trabas burocráticas les resulta en muchos casos insufrible. En 1980 había en España 700.000 empleados públicos, a los que entonces se llamaba funcionarios. Hoy, en la cifra más favorable, superan los 3.500.000. Los partidos políticos, convertidos en agencias de colocación, han enchufado con tenaz entusiasmo a sus parientes, amiguetes y paniaguados en empleos públicos. Y aparte del costo, a cargo de los contribuyentes, de sus sueldos, seguridad social, vacaciones y jubilaciones, muchos de los más de dos millones de funcionarios innecesarios se han inventado, para justificar sus salarios, trámites burocráticos que se han extendido hasta la insoportable opresión. No sólo ha ocurrido eso en España, sino en buena parte de Europa e Iberoamérica. Margaret Thatcher denunció, incluso, la crecida burocrática en la administración de la UE.
Resulta además que el exceso de funcionarios no sólo no beneficia al contribuyente que paga a través de unos impuestos casi en Portugal, y esa chorrada de la ultraderecha y la derecha extrema solo funciona en España.
Es lamentable que el electoralismo lleve al extremo de utilizar el Valle de los Caídos para ahondar en el frentismo. Sánchez, acompañado de una impresionante comitiva, se desplazó al laboratorio forense para hacerse fotos rodeado de calaveras y diversos restos óseos. Fue un espectáculo deplorable. En las criptas se realizan los trabajos para exhumar 160 víctimas reclamadas por sus familias. Lo sucedido es una falta de respeto a los fallecidos, que son de los dos bandos que lucharon en la Guerra Civil, y sus familias. El acto obsceno de llevar a fotógrafos de La Moncloa para repartir luego un material gráfico donde se ven los huesos y otros restos humanos confirma que el sanchismo no tiene límites. ¿Por qué ahora? Es la consecuencia de la expectativa de obtener unos malos resultados en las elecciones e incluso la posibilidad de que Puigdemont gane las catalanas. Las imágenes han servido para que TelePSOE y los medios afines hagan apología del antifranquista Sánchez. Me pregunto cuántos hijos o nietos de franquistas hay en esta izquierda guerracivilista.
«Se desplazó al laboratorio forense para hacerse fotos rodeado de calaveras y diversos restos óseos. Fue un espectáculo deplorable»
«Los agricultores denuncian los cien problemas que les acosan y, entre ellos, un “papeleo” excesivo, absurdo e innecesario»
confiscatorios, sino que perjudica al multiplicar las trabas y los trámites burocráticos. Recuerdo muy bien que en Brasil, allá por los años setenta del siglo pasado, se creó un Ministerio de Desburocratización, al que se encargó el examen de todas las administraciones para eliminar las trabas innecesarias. Me sentaron en un almuerzo en Brasilia al lado del ministro de Desburocratización, que se lamentó de la dificultad de su gestión y del abrumador trabajo que suponía normalizar los trámites burocráticos.
Seguramente hay otras fórmulas. Corresponde al Ministerio de Presidencia ocuparse de aligerar la carga burocrática en las Administraciones central, autonómica, provincial y local. Los contribuyentes españoles están abrumados por el despilfarro económico que supone atender los gastos laborales de los empleados públicos innecesarios. Sería de ilusos, sin embargo, creer que los partidos se van a tomar en serio establecer una política burocrática liberadora. Por el contrario, lo probable es que se intensifique el número de empleados públicos hasta que se produzca una reacción popular frente al despropósito.
Bueno será, en todo caso, recordar desde los medios de comunicación la anomalía que carga no solo sobre las espaldas de los agricultores, también sobre las de todos los ciudadanos.