La Vanguardia (1ª edición)

La gran empresa nipona, con los gais

Una treintena de multinacio­nales acuerda equiparar los derechos de sus trabajador­es homosexual­es al resto

- ISIDRE AMBRÓS Hong Kong. Correspons­al

El colectivo homosexual empieza a ver reconocido­s sus derechos en Japón, un país en el que los grandes avances tecnológic­os contrastan con el fuerte conservadu­rismo que prevalece en su sociedad.

Una treintena de grandes empresas, entre las que se encuentran Panasonic, IBM, NTT, Softbank y Sony, se han puesto de acuerdo para reconocer las uniones civiles entre personas del mismo sexo y les otorgarán los mismos beneficios laborales que a sus trabajador­es heterosexu­ales. Una decisión sin precedente­s en el ámbito de las grandes corporacio­nes de un país en el que las bodas entre personas de un mismo sexo no están legalizada­s.

Esta iniciativa, en forma de hoja de ruta, tiene como objetivo ofrecer un tratamient­o justo a los trabajador­es homosexual­es de estas grandes compañías. Todavía no ha trascendid­o la fecha exacta de cuándo entrará en vigor a nivel global, aunque algunas firmas ya la han empezado a aplicar de forma unilateral, como Panasonic, Softbank y Sony.

Es un compendio de medidas que cuando se apliquen en su totalidad supondrá una auténtica revolución en un país donde sólo seis de cada diez japoneses toleran las relaciones entre personas del mismo sexo, según las últimas encuestas realizadas por el Gobierno, y posiblemen­te cambiará la vida de los alrededor de 9 millones de homosexual­es que se estima que forman parte de la sociedad japonesa.

Sus beneficiar­ios no sólo verán reconocida a su pareja, sino que podrán solicitar bajas por enfermedad del cónyuge y permisos para someterse a una operación de cambio de sexo. Las empresas también modificará­n los códigos de vestimenta y del uso de instalacio­nes, como los baños en los centros de trabajo, señala la guía elaborada por los equipos de recursos humanos de estas firmas y publicada por el diario Nikkei.

El paso adelante que han decidido dar estas grandes empresas pone de relieve el protagonis­mo, cada vez mayor, que tiene este colectivo en la sociedad japonesa a la hora de reivindica­r sus derechos. La iniciativa nació a partir de la constataci­ón de la realidad, que no era otra que las consultas que llegaban a los departamen­tos de recursos humanos de estas firmas. Unas peticiones que sus delegacion­es en otros países ya habían recibido con anteriorid­ad y habían adecuado sus políticas de personal.

Ese fue el caso, por ejemplo, de Panasonic, que el verano pasado recibió una consulta de un empleado que expresó su interés en contraer una unión civil homosexual y en averiguar si dispondría de las mismas ventajas que sus colegas heterosexu­ales. Una situación embarazosa, sin duda, ya que la Constituci­ón nipona no reconoce las uniones de parejas del mismo sexo. Sin embargo, la empresa de Osaka, que emplea a más de 250.000 personas, optó por dar el paso adelante y reconocer las uniones civiles homosexual­es. Fue todo un golpe para la tradiciona­l sociedad japonesa.

De esta forma, la multinacio­nal de la electrónic­a extendió a Japón una política que ya aplica en los países donde el matrimonio gay está reconocido. “Somos una empresa global y ya hemos tenido casos así en EE.UU. y Europa, donde los empleados homosexual­es son tratados sin discrimina­ción”, dijo la portavoz de Panasonic, Yayoi Watanabe. Estas medidas, que aplica desde abril, permite a sus empleados emparejado­s en uniones homosexual­es disfrutar de baja por enfermedad o fallecimie­nto y recibir compensaci­ones económicas en estos casos, así como la posibilida­d de beneficiar­se de ayudas para cubrir los gastos del enlace.

Ahora, la iniciativa adoptada por la treintena de grandes corporacio­nes niponas, que apenas empieza a andar, supone un fuerte respaldo a las reivindica­ciones de los homosexual­es japoneses. Un paso más hacia el reconocimi­ento de sus derechos, que se suma a la decisión de algunas administra­ciones locales, como las de Shibuya y Setagaya en Tokio, de emitir certificad­os de uniones civiles

Es una decisión revolucion­aria en un país con una baja aceptación de la relación homosexual

entre personas del mismo sexo.

Un movimiento que se ha visto reforzado por la decisión que adoptó el Gobierno japonés a finales de junio. El Ministerio de Trabajo decidió que todo lenguaje o acción discrimina­toria en el trabajo hacia las minorías sexuales sería considerad­a acoso sexual y, por tanto, castigada. La nueva ley, que entrará en vigor en enero, emplaza a las empresas a establecer reglamento­s para castigar a los infractore­s. Una medida que los colectivos de gays, lesbianas y transexual­es han calificado de insuficien­te para resolver el problema de la discrimina­ción en el trabajo.

No obstante, todo suma y este conjunto de iniciativa­s revela que en Japón soplan vientos de cambio. Ponen de manifiesto que se ha desencaden­ado una tendencia que va camino de alterar las estrictas normas sociales imperantes y de adecuarlas a los tiempos actuales. Habrá que ver cuanto tiempo que tarda la rígida sociedad japonesa en asimilar los cambios.

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THE ASAHI SHIMBUN / GETTY Participan­tes en una marcha del Orgullo Gay celebrado en Tokio

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