La Moncloa aspira a una conferencia de presidentes con catalanes y vascos
La reunión preparatoria de la conferencia de presidentes, presidida por la vicepresidenta del Gobierno y ministra de administraciones territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, celebrada ayer, avanzó en la elaboración de una agenda pero no llegó a cerrar el orden del día de la Conferencia del próximo 17 de enero, y se citó para una nueva reunión después de Reyes, el 11 de enero. Lo que sí quedó claro, de nuevo, fue que el modelo de financiación será el asunto central de la reunión y que Moncloa no renuncia a la presencia de Catalunya y Euskadi.
El secretario de Estado para Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, indicó que se remitirá información sobre el contenido debatido a ambas comunidades, toda vez la trascendencia de los asuntos en la agenda. Bermúdez de Castro confesó que el Ejecutivo no renuncia a la presencia de Iñigo Urkullu y Carles Puigdemont en la conferencia del 17 de enero: “No tiramos la toalla, queremos que vengan”.
La reunión, señalaron varios de los asistentes, se desarrolló en un clima de diálogo cortés, en un tono conciliador, como ya ocurriera en la reunión de hace dos semanas del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que hoy se reúne de nuevo. A pesar de ese nuevo tono, el escollo de la financiación, que ya fue rechazada por varias comunidades, singularmente las del arco mediterráneo, podría repetirse de nuevo si no se aplican, citando al consejero de Hacienda valenciano, Vicent Soler, en lograr un modelo más justo.
No obstante, y de la mano de los otros asuntos de la agenda, el pacto educativo, el posicionamiento ante Europa y los planes de infraestructuras, algunas delegaciones mostraban ayer su optimismo, y señalaban que el cambio de tono es algo más: “Una actitud muy distinta y mucho más receptiva”, en palabras del consejero de presidencia aragonés, Vicente Guillén.