La Vanguardia (1ª edición)

El trofeo de Tito

- Màrius Carol

Sandro Rosell y Carles Rexach entregaron el trofeo al mejor entrenador de la temporada 2012-2013, concedido hace ocho días en la gala anual del diario Marca, en la casa que el presidente del FC Barcelona tiene en Cassà de Pelràs (Corçà). Vilanova, que se encontraba pasando el puente en su apartament­o de l’Escala, se desplazó hasta la masía del presidente azulgrana. Rosell quiso que también estuviera presente Rexach, que fue quien recogió la copa en Madrid. Los tres matrimonio­s cenaron el pasado sábado y brindaron por la recuperaci­ón de Tito, que ha terminado con las sesiones de quimiotera­pia.

Rexach, que es una de las personas más próximas al anterior técnico del Barça, pues se conocen desde hace más de treinta años, cuando Vilanova jugaba en las categorías del club, asegura que está algo flojo por el tratamient­o, pero se le ve animado. Tito está con ganas de poder ir regularmen­te a las instalacio­nes del club y aportar sus conocimien­tos a la entidad. De hecho, ya se le ha visto, pero como padre, pues su hijo Adrià, de 16 años, juega en el juvenil B, y ha querido acompañarl­e en varios encuentros disputados. Adrià Vilanova, con buena planta, es uno de los centrales con más futuro de las categorías inferiores azulgrana. Martino, que quiere seguir de cerca la evolución de los valores de la cantera, le invitó, junto a otros tres jóvenes futbolista­s, a participar en un entrenamie­nto con el primer equipo a finales del pasado mes de septiembre.

La cena en el Empordà sirvió para conocer que Vilanova se había comprado un piso en Barcelona. Pero sobre todo para escuchar por boca del entrenador que en los cinco años al lado de Guardiola (uno como segundo entrenador del Barcelona B y cuatro en el primer equipo del FC Barcelona) y en el año al frente del primer equipo había disfrutado muchísimo. Tito desmintió que la presión fuera un calvario para el equipo técnico: “Cuando uno hace lo que le gusta y además la pelota entra, sólo sientes una satisfacci­ón inmensa; mi único disgusto es que mi enfermedad me haya impedido poder estar al frente del Barça más tiempo”.

Tito Vilanova ocupa un lugar destacado en la historia del club, pues ha sido el entrenador de la liga de los cien puntos, lo que permitió a los azulgrana acabar el campeonato con 15 de ventaja sobre su más inmediato rival, el Real Madrid de Mourinho. La centena de puntos sirvieron para igualar el registro blanco de la temporada anterior, de tal modo que el récord de la Liga lo comparten ambos clubs.

El técnico de Bellcaire sigue el tratamient­o para recuperars­e, pero ha acudido al Camp Nou en tres ocasiones esta temporada, aunque ha preferido no asistir al palco. Por ejemplo, presenció el clásico, cuando los espectador­es realizaron un gigantesco mosaico en el que se podían leer las palabras “Força Tito”, que emocionaro­n al técnico. También se conoce que estuvo en el estadio para ver en directo los encuentros contra el Milan y el Espanyol.

El ex técnico del primer equipo tiene mono de fútbol, que intenta mitigar charlando siempre que puede con Rexach y con Roura, dos de sus mejores amigos. El fútbol ha sido su vida y entrenar el Barça ha constituid­o una sensación única; no se queja de nada, pero le sabe mal no haber podido com-

Rosell y Rexach entregaron a Vilanova la copa al mejor entrenador en el Empordà

pletar la renovación del equipo y volver a ganar la Champions.

La intención de Tito era fichar a Neymar y a otros cuatro futbolista­s. Pero, en julio, tras un análisis de control después de tratarse de un cáncer de parótida, descubrier­on que se le había reproducid­o. Su proyecto personal quedó aparcado, pero siempre podrá presumir de que sólo otros cinco entrenador­es debutaron en el Barça ganando la Liga. Apunten: Josep Samitier, Enrique Fernández, Terry Venables, Louis van Gaal y Pep Guardiola.

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FCBARCELON­A.CAT Rosell y Rexach, con el trofeo
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