Francisco da gracias a Italia por acoger a los inmigrantes
El Papa y Mattarella piden a Europa más ayuda ante la crisis humanitaria
Francisco, en su primer encuentro oficial con el nuevo presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, agradeció ayer el esfuerzo que está realizando Italia para absorber la avalancha de inmigrantes y solicitantes de asilo político que llegan casi a diario a sus costas. “Es evidente que las proporciones del fenómeno requieren una implicación mucho más amplia –subrayó el Papa durante un acto en el Vaticano–. No debemos cansarnos de solicitar un esfuerzo mayor a escala europea e internacional”.
Para la Santa Sede, Italia es un país muy especial. Comparten no sólo la geografía sino la historia y les unen múltiples lazos, amén de la alta proporción de italianos que ocupan cargos en la curia o son funcionarios vaticanos. De ahí que una visita del jefe de Estado italiano tenga el máximo rango protocolario y un acento político adicional. En este caso, Mattarella –que llegó acompañado de su hija Laura y de cinco nietos– es el primer presidente, después de 15 años, con un origen nítidamente confesional, pues militó en Acción Católica y en la desaparecida Democracia Cristiana. El coloquio privado se prolongó durante 23 minutos.
No fue casual que el Papa mencionara ante Mattarella el tema de los inmigrantes. Desde que fue elegido, ha mostrado una gran sensibilidad. Su primer desplazamiento fuera de Roma fue para visitar la diminuta isla de Lampedusa, el territorio italiano más meridional, puerto de llegada de muchos de los rescatados en el mar. Francisco sabe también que sus palabras se escuchan con atención en el deba- te italiano, sobre todo ahora que se acercan elecciones –regionales y municipales–, y que son un contrapeso ante los políticos populistas que intentan instrumentalizar la tragedia de las pateras para ganar votos con un mensaje próximo a la xenofobia.
El presidente italiano, en su discurso, se unió al llamamiento del Papa a favor de “una intervención decidida de la Unión Europea para esta continua pérdida de vidas humanas en el Mediterráneo, cuna de nuestra civilización. “Con esas vidas destruidas se pierde la esperanza de tantas personas y se compromete la dignidad de la comunidad internacional”, agregó Mattarella. El jefe de Estado citó la reflexión frecuente que hace el Papa sobre la tercera guerra mundial “por partes”, librada en las zonas más po- bres del planeta, “cuya consecuencia inmediata es el drama de los refugiados que intentan llegar a nuestras costas”.
Francisco aludió en su intervención al problema del desempleo juvenil y a la necesidad de preservar el medio ambiente. También dedicó unas frases a la próxima Expo de Milán, centrada en la alimentación. L’Osservatore Romano resumió el encuentro con un gran titular de portada muy diplomático, “Común responsabilidad”, y resaltó la convergencia de valores y objetivos entre Italia y la Santa Sede.
Bergoglio sabe que sus palabras influyen en el debate italiano y son un contrapeso a ciertos populismos