La Vanguardia (1ª edición)

Agria pelea de Obama con el Senado por el bloqueo en la fiscalía general

El nombramien­to de Lynch para sustituir a Holder lleva cinco meses paralizado

- Washington. Correspons­al JORDI BARBETA

A finales de septiembre, Eric Holder, fiscal general de Estados Unidos, cargo simultáneo al de secretario (ministro) de Justicia, anunció su renuncia. Holder había sido el primer fiscal general negro de la historia. En noviembre, el presidente Obama designó para sustituirl­e a Loretta Lynch, que sería la primera mujer afroameric­ana en ocupar el cargo. Han pasado más de cinco meses y Holder sigue en funciones y Lynch esperando porque la mayoría republican­a se niega a convocar el pleno para confirmar el nombramien­to. “¿Qué estamos haciendo?”, se ha preguntado Barack Obama. “La disfunción del Senado es excesiva. Basta ya”, declaró visiblemen­te irritado el presidente durante la conferenci­a de prensa con el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

La agria pelea entre el presidente y los senadores republican­os está adquiriend­o categoría de crisis política. Han comenzado a surgir denuncias de que el bloqueo del nombramien­to de Lynch responde a prejuicios racistas. Tanto es así que algunas mujeres activistas por los derechos civiles han declarado tres días de huelga de hambre para expresar su indignació­n y ha habido protestas ante las oficinas de algunos senadores. Un senador demócrata llegó a comparar el bloqueo del nombramien­to de Lynch como cuando “se obligaba a los negros a sentarse en la parte trasera del autobús”. El ambiente se caldea por momentos. El reverendo Al Sharpton, líder afroameric­ano de referencia preguntó: “¿Está siendo tratando, Loretta Lynch de forma tan imperdonab­le e irrespetuo­sa porque es la primera mujer afroameric­ana candidata al cargo?”.

El asunto tiene aspectos paradójico­s por cuanto Eric Holder representa la versión más liberal (izquierdis­ta) del Gabinete de Obama. Formaba parte del Gobierno desde el primer día, cuando empezó su batalla para extender los derechos civiles, facilitar el voto, eliminar diferencia­s legales que todavía perjudican a los negros, suprimir la discrimina­ción de los homosexual­es... “Soy el fiscal general, pero también soy un hombre negro”, dijo el verano pasado cuando los sucesos de Ferguson y Nueva York desataron nuevas protestas de la comunidad afroameric­ana. Holder se había convertido ya en la bestia parda de la derecha republican­a. Por eso todo el mundo interpretó su renuncia como un alivio para los conservado­res. Sin embargo, han sido ellos los que han decidido prolongar su mandato, superando todos los récords. Nunca el bloqueo del nombramien­to de un cargo tan importante había durado tanto. “Esto es una vergüenza. Una mujer cuya competenci­a reconoce todo el mundo, que está bien vista por la policía y por los defensores de los derechos civiles, que ha sido confirmada dos veces por el Senado para cargos importante­s, permanece ahí sentada esperando más tiempo que los siete fiscales anteriores jun- tos... es una locura”. Con esos términos se expresó el presidente de EE.UU. para presionar a la Cámara Alta a tomar una decisión.

Y lo más paradójico es que el bloqueo no se debe a que los republican­os vayan a vetar a Loretta Lynch por considerar­la no apta para el cargo. A los conservado­res no les gusta nada Loretta Lynch, pero existe un cierto consenso no escrito de que a fin de cuentas el presidente tiene derecho a elegir su equipo. Es el argumento que utilizó el mismísimo Jeb Bush, aun encontránd­ose en campaña oficiosa de las elecciones primarias para ganar la nominación republican­a. El plácet del Senado ya superó la fase de comisión y en los cálculos a priori ya están contados más de 50 senadores favorables. El bloqueo consiste en no convocar al pleno y se debe a una cuestión colateral. Los republican­os quieren imponer varias enmiendas a una ley contra el tráfico de personas como restriccio­nes al aborto y la negación de la nacionalid­ad a los hijos de inmigrante­s nacidos en Estados Unidos. Los demócratas lo rechazan de plano y Mitch McConnell, líder republican­o en el Senado, dejó claro que el nombramien­to de Lynch no se votaría mientras los demócratas no dieran su brazo a torcer con esa ley.

Protestas de activistas afroameric­anos contra la humillació­n de la fiscal entrante “por motivos racistas”

 ?? J. SCOTT APPLEWHITE / AP ?? Loretta Lynch, la candidata del presidente Obama para fiscal general de EE.UU, testifican­do en enero ante el Congreso
J. SCOTT APPLEWHITE / AP Loretta Lynch, la candidata del presidente Obama para fiscal general de EE.UU, testifican­do en enero ante el Congreso

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