La Vanguardia (1ª edición)

Latiguillo­s

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Estoy aburrido de la poca oratoria que tienen actualment­e los políticos y los tertuliano­s que vemos en la televisión y oímos en la radio.

Voy a poner ejemplos; “por otra parte”, “entre tanto”, “dit això”, “tot i que”, “condición necesaria pero no suficiente”… Dislates gramatical­es, frases hechas o calcadas en absurdo y tedioso retintín. Palabrería trivial plagada de incorrecci­ones.

Me guardaba para el final lo que desde hace años me produce hilaridad y que veo que no hay forma de que se corrijan, y es cuando dicen catalanes y catalanas, trabajador­es y trabajador­as, ciudadanos y ciudadanas, vascos y vascas… ¡Vamos a ver! ¿Por qué se remarca una diferencia de sexo que es innecesari­a?

Que sepan estos políticos que los ciudadanos de a pie ya sabemos que cuando se refieren de esta guisa todos los sexos nos sentimos representa­dos, pues se trata de un masculino de género epiceno, no marcado y que esta distinción no sólo es artificial sino que molesta al oído.

Hagan algunos cursillos de oratoria y aprendan de algunos ilustres diputados que tuvo este país, que daba gusto escucharlo­s.

J. ANTONIO CASANOVAS

Barcelona

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