La Vanguardia (1ª edición)

El EI fortifica Ramadi para frenar a las milicias chiíes

La población suní del centro de Iraq tolera a los yihadistas

- TOMÁS ALCOVERRO

Beirut. Correspons­al Los guerriller­os yihadistas del Estado Islámico (EI) levantaron ayer barreras defensivas y plantaron campos de minas en Ramadi para frenar la anunciada contraofen­siva de las milicias chiíes, aliadas del ejército iraquí y también de Irán, que les suministra armas.

La bandera negra del EI ondeaba en la gran mezquita y los edificios oficiales de la ciudad, capital de la provincia de Anbar, situada apenas a 110 kilómetros de Bagdad.

Los yihadistas liberaron a cien presos –71 hombres y 30 mujeres– del centro de detención antiterror­ista. Sus vigilantes les habían disparado en los pies para que no huyeran.

Los altavoces de las mezquitas anunciaron la liberación de los presos, una medida muy popular porque la población se queja con frecuencia de las detencione­s arbitraria­s. El EI ha obligado a abrir algunas tiendas y promete alimentos, electricid­ad –la luz está cortada– y asistencia médica en un intento por ganarse a la población civil suní. Su connivenci­a explica en gran parte el avance del EI en Anbar.

Los suníes dominaron Iraq du- rante el mandato de Sadam Husein. La caída del régimen implicó su exclusión. Los norteameri­canos armaron a algunas tribus suníes de Anbar para derrotar a Al Qaeda. Desde aquella victoria, sin embargo, no han recibido más armas y esta marginació­n ha provocado que muchos de ellos –incluidos jefes militares y funcionari­os de Sadam Husein– se hayan unido al EI.

El primer ministro Haider al Abadi teme que si envía armas, estas acaben en manos de los yihadistas. Haber recurrido ahora a las unidades de la Movilizaci­ón Popular (Hashid Shabi), como se cono- ce a las milicias chiíes, es muy arriesgado. Ramadi está en el corazón del territorio suní y la presencia armada de los chiíes puede agravar la lucha sectaria. No será fácil restablece­r el poder de Bagdad en esta población de exacerba- dos sentimient­os sectarios si su reconquist­a depende, sobre todo, de milicias chiíes muy vinculadas a Irán.

El EI, en todo caso, se encarga de atizar la división. En Ramadi busca, casa por casa, a policías y líderes tribales proguberna­mentales. Hay indicios de ejecucione­s sumarísima­s y de cadáveres arrojados al Éufrates.

Medio millar de personas murieron en la batalla de Ramadi y unas 40.000 han huido de la ciudad desde que el domingo cayó en manos del EI.

Las milicias chiíes, mientras tanto, se concentran en la base de Habaniyah, a unos 20 kilómetros al este de Ramadi. Tienen artillería y carros de combate. Trabajan en la construcci­ón de tres cordones defensivos para impedir el avance del EI y como puntos de lanzamient­o de la ofensiva. El ataque se producirá cuando “se cumplan las condicione­s necesarias”, según anunció un portavoz militar iraquí.

La lucha por Ramadi implica que el ejército iraquí deberá retrasar la ofensiva sobre Mosul, la segunda ciudad de Iraq, en poder del EI desde el pasado junio.

Mosul, al igual que Ramadi, cayó por la huida masiva de los solda-

Ocho meses de ataques aéreos por parte de la coalición que lidera EE.UU. no han doblegado al EI

dos iraquíes. “El ejército –según ha dicho Hadi el Amiri, jefe de la famosa milicia chií Brigada Bader– es una banda de cobardes que se rinden al enemigo”.

Ocho meses de bombardeos de la heterogéne­a coalición capita- neada por EE.UU. –desde el lunes ha habido 14 ataques sobre Iraq y siete sobre Siria– no han doblegado al EI. Es evidente que sólo con una intervenci­ón militar terrestre podrá derrotarse completame­nte a los yihadistas.

 ?? MOHAMMED SAWAF / AFP ?? Las milicias chiíes se concentran cerca de Ramadi
MOHAMMED SAWAF / AFP Las milicias chiíes se concentran cerca de Ramadi

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain