La Vanguardia (1ª edición)

Jugando al secuestro

- ELISABET SABARTÉS Violencia.

JMéxico. Correspons­al ugaban “al secuestro”, emulando a las bandas del crimen que actúan impunement­e a lo largo y ancho del país. Como haría un sicario, cinco menores de edad eligieron a su víctima: un niño de seis años, vecino del barrio, que aceptó con candor sumarse al rapto fingido. Todos se conocían y, juntos, se fueron a un descampado cercano a consumar la farsa. Pero la diversión duró poco. Imbuidos en su papel de delincuent­es, los cinco instigador­es del plan ataron al pequeño Christophe­r Raymundo. Al ver que lloraba, le presionaro­n el cuello con una vara y casi le asfixiaron. “Cuando el menor cayó al suelo, le arrojaron piedras, le encajaron una navaja en la espalda y, una vez sin vida, lo arrastraro­n hasta donde depositaro­n el cuerpo”.

La Fiscalía del Estado de Chihuahua, donde ocurrieron los hechos, detallaba así las circunstan­cias del asesinato que ha estremecid­o a la sociedad mexicana. El homicidio se descubrió cuando unos de los adolescent­es confesó ante su madre y ella decidió entregarlo a las autoridade­s.

“Más que un problema policiaco, este homicidio constituye un factor de descomposi­ción social” y “ausencia de valores”, apuntaba la fiscalía en su comunicado, sin mencionar la entereza de la madre que llevó a su hijo ante la justicia.

Educadores y terapeutas mexicanos llevan años advirtiend­o de la alta probabilid­ad de que menores expuestos a situacione­s de violencia desarrolle­n trastornos psicológic­os. Ha pasado casi una década desde que el presidente Felipe Calderón declaró la guerra al narcotráfi­co y las institucio­nes del Estado no han atendido ninguna de sus recomendac­iones.

“Asistimos a un baño de sangre cotidiano y el crimen organizado tiene una penetració­n cultural importante; sin embargo, las políticas públicas para encarar el problema son inexistent­es. El caso de Chihuahua pone en evidencia que los menores ya están reproducie­ndo la violencia extrema de su entorno”, dice a La Vanguardia el director de la Red por los Derechos de la Infancia, Juan Martín. La entidad, que agrupa 75 organizaci­ones dedicadas a desarrolla­r programas a favor de niños y adolescent­es en situación de vulnerabil­idad, denuncia la desidia institucio­nal. “Pedimos medidas urgentes de prevención, campañas de cultura de paz y alternativ­as para desvincula­r a los menores del crimen organizado, además de informació­n precisa sobre víctimas, pero no hemos obtenido ninguna respuesta. Es el papel ausente del Estado mexicano. No hay una estrategia nacional que permita prevenir e identifica­r todas las formas de violencia contra la infancia”, observa Martín. Y prosigue: “Desde el 2006 hasta la fecha ha habido más de 100.000 asesinatos vinculados al crimen organizado; todas esas víctimas tenían familias, pero no ha habido ninguna campaña nacional para atender a los menores que dejaron atrás. Según las cifras oficiales, de las 23.000 desaparici­ones registrada­s en el mismo período, 7.016 son de niños y adolescent­es”.

El pequeño y sus verdugos eran vecinos de una pobre barriada de Chihuahua

 ?? SHAUL SCHWARZ / GETTY ?? Los niños mexicanos, como estos de Ciudad Juárez –junto a un cordón policial–, viven la violencia como una experienci­a cotidiana
SHAUL SCHWARZ / GETTY Los niños mexicanos, como estos de Ciudad Juárez –junto a un cordón policial–, viven la violencia como una experienci­a cotidiana

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain