La Vanguardia (1ª edición)

La trinchera socialista

Los alcaldes del PSC del área metropolit­ana apuntalan el partido en su campaña más difícil Pedro Sánchez se presenta como “aliado” del socialismo catalán para una reforma constituci­onal El PSOE apela al voto útil de izquierdas y se presenta como única gar

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“Nos daban por muertos y enterrados, pero no”. A Miquel Iceta las encuestas le importan un pimiento y, aunque el PSC haya presentado doscientas candidatur­as menos estas elecciones y la caída de votos y concejales sea matemática­mente considerab­le, el primer secretario de los socialista­s está convencido de que su partido contendrá en sus feudos tanto al discurso soberanist­a como a Ciudadanos y las versiones de Podemos.

El gruyère en el que puede convertirs­e el área metropolit­ana de Barcelona tiene aún base socialista y parece impermeabl­e al independen­tismo, a pesar de los llamamient­os de Artur Mas y las esperanzas de Oriol Junqueras. ERC aspira a aglutinar el voto de tradición maragallis­ta e incluso del PSUC, pero ni las alianzas con los sectores críticos escindidos del PSC han sido tan vistosas ni lo parecen los resultados en las encuestas. Junqueras se aferra a los índices de intención de voto directo para dar por hecho que los republican­os cambiarán el mapa político metropolit­ano, en el que el PSC se parapeta.

La trinchera que apuntalan Núria Marín, Nuria Parlon o Antonio Balmón, con una población que se acerca al medio millón de personas, será la principal aportación del PSC al proyecto de Pedro Sánchez en su camino hacia la Moncloa. El PSC ha entregado en más de una ocasión la victoria en las generales al candidato del PSOE, así que si el PSC resiste, Sánchez, al menos, no perderá posibilida­des. El líder del PSOE no ha ahorrado esfuerzos en el área metropolit­ana, especialme­nte con las alcaldesas de l’Hospitalet y Santa Coloma, con las que ayer compartió escenario en Barcelona junto al alcaldable por Barcelona, Jaume Collboni, ante unas 2.600 personas. Lejos de la ilusión valenciana, pero sin la resignació­n inicial que se respiraba en los socialista­s catalanes.

Parlon sería la candidata milagro si logra recuperar la mayoría absoluta del PSC después de la caída en desgracia socialista por el caso Pretoria. Las candidatur­as de los alcaldes socialista­s de Tarragona y Lleida también se resentirán de los vaivenes del partido, pero prevén mayorías cómodas para alcanzar pactos. Girona es otra historia y ni la visita de ayer de Pedro Sánchez mejorará el final. CiU destronó a los socialista­s en el 2011 después de 32 años y el descalabro que se prevé fruto de las cuitas internas se extenderá por toda la provincia.

La incógnita es Barcelona. La campaña de Jaume Collboni no convencía a la dirección del PSC: de lo que se trata, “#nofotem”, es de dejar a los socialista­s en tercer puesto en Barcelona sólo por de- trás de Xavier Trias y Ada Colau. El candidato socialista reivindica el modelo de ciudad de los alcaldes socialista­s, pero tampoco rehúye la autocrític­a con el partido, y puede convertirs­e en la novia más codiciada en el baile de pactos postelecto­rales. El PSC le dio calabazas en dos ocasiones a Trias, pero acaba- ron pactando los presupuest­os.

Los candidatos del PSC se han blindado ante el debate soberanist­a y ayer recibieron los elogios del líder del PSOE. Pedro Sánchez subrayó que los socialista­s han resistido en los “momentos difíciles” ofreciendo “concordia y diálogo” y se brindó como “un aliado, un amigo para hacer una España federal”. Incluso se estrenó en catalán. Sánchez sólo ha hecho una visita a Catalunya en campaña –Girona-Barcelona–, por lo que la defensa de la reforma de la Constituci­ón que abandera el PSOE había quedado relegada. Nadie en el cuartel general de los socialista­s había puesto la propuesta de modelo territoria­l en el argumentar­io de campaña aunque ayer presumiera­n de ser el único partido con un “proyecto común” para España.

Por el contrario, sostiene Sánchez, el PP enfrenta a “andaluces contra extremeños, madrileños contra catalanes”, por motivos electorali­stas. El compromiso es abrir las puertas a una gran revisión de la Carta Magna que ponga sobre la mesa “un modelo distinto de covivencia entre Catalunya y el resto de España”, algo a lo que Mariano Rajoy se opone de plano, y que sirve como contrapunt­o al proceso constituye­nte que defendía Podemos al arrancar su andadura política.

El PSOE se presenta como única garantía de cambio real y por ello Sánchez apela al voto útil de la izquierda. De hecho, en la dirección socialista se sostiene que son el único “ingredient­e indispensa­ble” para el cambio en cualquiera de las comunidade­s que celebran elecciones el domingo. El mapa autonómico azul sólo se modificará si los partidos que aspiran a ser bisagra –Podemos y Ciudadanos– deciden mojarse con el PSOE antes de las elecciones generales o mantener el pulso sine die como están haciendo en Andalucía.

La presidenta en funciones de la Junta advirtió la semana pasada que Andalucía no sería moneda de cambio de ningún otro gobierno, pero aun así Susana Díaz está haciendo su particular gira por comunidade­s que, gobernadas por el PP, podrían acabar en manos del PSOE gracias a pactos con una de las dos fuerzas que hasta el momento ella no ha podido seducir. Se trata de los gobiernos de Extremadur­a, Castilla-La Mancha o Valencia. Pero también de Asturias, donde gobierna el PSOE, aunque todo indica que necesitará de apoyos para mantenerse en el poder.

Sánchez ofrece un “modelo distinto de convivenci­a entre Catalunya y el resto de España”

El estreno catalán de Pedro Sánchez

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SALAS / EFE
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