Los niños y la memoria
Hablemos hoy de la lectura de alguno de nuestros clásicos de la literatura concentracionaria. Pienso ahora, para los mayores de secundaria, en K.L. Reich, del manresano Joaquim Amat-Piniella, o en El violí d’Auschwitz, de Maria Àngels Anglada, tan leído hace unos años, o en algunos fragmentos de Els catalans als camps nazis de Montserrat Roig, o en el universal diario de Anna Frank, o en el descubierto recientemente Diario de Praga de Petr Ginz, otro adolescente víctima del Holocausto, o incluso en El niño del pijama de rayas, muy bien recibido por los adolescentes actuales.
También pienso en el visionado de celebradas películas como La lista de
C. ALCOVERRO, Schindler, La vida es bella y del documental de referencia Shoah, de Claude Lanzmann, que pueden ser un punto de partida para reflexionar sobre la infamia del Holocausto en las aulas. El alumnado ha de conocer el grado de deshumanización y de crueldad a que llegó la raza humana, ahora que hace 70 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau por las tropas soviéticas. Sobre todo para entender que no fue el azar lo que condujo a la barbarie, sino que fue resultado de unas circunstancias históricas (crisis económica, crisis de las ideologías, antisemitismo endémico...) que se dieron en Alemania entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Y también valorar el papel del arte (la música y hasta la pintura) y el papel de la escritura que hemos heredado como tes- timonio de esta tragedia. Alberto Manguel nos cuenta (en La biblioteca de noche) que en Birkenau, como en otros campos, existió una pequeña biblioteca infantil clandestina de 8 o 10 libros tangibles y otros que se narraban oralmente, y que se intercambiaban entre los niños. Uno de estos niños recordaba la compañía y el consuelo que significaba la lectura para luchar contra el miedo y la desesperación.
Tratar el Holocausto en la escuela es oportuno, y necesario, no sólo este año en que conmemoramos estos setenta años, sino como una actividad curricular que ayudará a aprender del pasado, y también del presente, como mecanismo de supervivencia individual, de resiliencia, y también colectiva.
Los niños también tienen que saber qué es la memoria.