Canarias abre una nueva etapa
El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, pondrá fin el 24 de mayo a ocho años de mandato, coincidentes con la crisis. Su partido, Coalición Canaria (CC), ha optado por otro candidato, Fernando Clavijo (actual alcalde de La Laguna), para encabezar la lista al Parlamento, cortando en seco las pretensiones de Rivero de repetir por tercera vez. Y con Clavijo el escenario políti- co que se plantea para después de las elecciones es distinto al de los últimos cuatro años, en los que los nacionalistas han gobernado con los socialistas. Todo apunta a que CC pactaría con el PP, siempre y cuando se cumplan las previsiones de los sondeos. El último apunta a que los nacionalistas serían la primera fuerza, con 17 escaños, seguida de los populares, con entre 13 y 15. Ambos pierden respecto al 2011: CC, cuatro y el PP, hasta siete. El PSOE sacaría un resultado similar (entre 13 y 15), Nueva Canarias tendría 3-5, y entran en la Cámara Ciudadanos (entre 5 y 7) y Podemos, con 6.
Los guiños entre el PP y CC se han sucedido en los últimos meses. De formalizarse este pacto se reeditaría un acuerdo de gobierno natural en las islas, mantenido durante dieciséis años (entre 1995 y 2011) y sólo roto en los últimos cuatro (2011-2015). Rivero, que gobernó con el PP en su primera legislatura –junto al actual ministro de Industria, José Manuel Soria–, optó por aliarse en la segunda, que ahora concluye, con el PSC. Rivero castigaba así al PP, que pese a haber sido el partido ganador quedaba fuera del gobierno, y sobre todo a Soria, al que no ha perdonado que en el 2010, y a poco menos de un año para los comicios, rompiera de forma unilateral y por motivos electoralistas el pacto de gobierno que ambos mantenían.
Esa traición ha ido derivando en los últimos cuatro años en una aversión CC-PSC contra el PP que explica el transcurrir de esta legislatura, en la que el Gobierno canario ha basado su estrategia política en el enfrentamiento con el Estado. Las prospecciones petrolíferas realizadas por Repsol –que concluyeron en nada tras no hallarse crudo–, la privatización de Aena –que acabó en el Supremo tras solicitar el Gobierno au- tonómico que los ocho aeropuertos isleños quedaran fuera, aunque fue desestimado–, y los recortes presupuestarios, han sido algunos de los motivos de enfrentamiento más sonados.
Patronales y sindicatos canarios han reclamado en múltiples ocasiones a Rivero que dejase a
EVOLUCIÓN ELECTORAL DE
El poder en las capitales
Santa Cruz de Tenerife Las Palmas de Gran Canaria
un lado el enfrentamiento y se centrara en el archipiélago, en implementar medidas incentivadoras de la actividad y el empleo a fin de paliar un paro y una pobreza que castiga especialmente a las islas. La tasa de paro está en el 31% –la segunda más alta, sólo superada por Andalucía– y en torno
PSOE
NC al 50% de la población se encuentra en situación de exclusión social. Se estima que 172.000 hogares –el 21% del total–, en los que habitan menores, están en el umbral de la pobreza. La situación de emergencia social es tal que en 2013 el Gobierno canario puso en marcha un programa de comedores en los colegios durante el verano para cubrir el déficit alimentario de muchos menores y que hoy se mantiene. Por ellos han pasado 65.000 niños.
Este escenario social contrasta con una economía que crece con fuerza desde el 2014 –repuntó un 2,2%, por encima de la media nacional (1,4%)– y que ya genera empleo gracias a su potente sector turístico. Las islas cerraron el pasado año con nuevo récord de visitantes –casi 13 millones– e ingresos. Pero la falta de formación y sobre todo de idiomas de gran parte de los parados isleños hace que casi la mitad del empleo que se genera lo ocupen extranjeros.
Hoy, la recuperación parece próxima en Canarias –una de las regiones más cumplidoras con el objetivo del déficit–. El BBVA prevé que crezca en el 2015 y el 2016 en torno al 3% y se creen 60.000 empleos. Pero la región se enfrenta en los próximos años a un difícil reto: componer una sociedad totalmente fracturada por la desigualdad tras ocho años de crisis y destrucción de empleo.
La economía canaria crece con fuerza, pero la tasa de paro está en el 31% y hay mucha desigualdad