Un nuevo fémur para Aixa Monserrat, con ‘x’ y sin ‘t’

“Con lo poco que me gusta el gimnasio, estaba segura de que me dolía porque había hecho algo mal. Empezó una semana después de mi cumple, que es el 20 de julio. Celebré los 18. Las primeras impresiones de los médicos que me vieron dos semanas después, porque me seguía doliendo y crecía un bulto, es que seguro que era benigno, algo muscular, tranquila. Pero cuando me hicieron la radiografía llamaron a más médicos. Vieron algo raro. Cuatro pruebas más y ya me dijeron que era un posible osteosarcoma. ¡Y lo entendí todo! Había hecho el treball de recerca sobre los huesos y su regeneración y además ya había empezado una formación profesional superior de técnico en imagen diagnóstica y estaba casi familiarizada con cada una de las palabras que usó el médico. ¡Por qué a mí? Del CAP de Santa Coloma, donde vivo, me enviaron a Can Ruti. Tras la resonancia ya no tenía pinta de benigno y me hicieron una biopsia, el bulto estaba más gordo. A finales de octubre la pierna ya no entraba en los pantalones. Iba con una talla enorme. Y me derivaron aquí, a oncología del infantil de Vall d’Hebron. Empecé la quimio, siguió creciendo: 49 centímetros de ruedo. Seguí un tratamiento intraarterial, metieron la quimio dentro del tumor, y eso me salvó la rodilla, porque la pelota ya llegaba a la articulación. A la chica con la que me has visto hablando no se la pudieron salvar y lleva una prótesis, pero ella lleva años. En mi caso, sí lo lograron. El tumor disminuyó mucho y gracias a las guías que hacen con las impresoras 3D me pudieron cortar al milímetro el fémur con osteosarcoma y sigo con mi rodilla. Me operaron hace seis semanas y ya camino con muletas. La pierna va muy muy bien. ¿Quieres verla? Esta es la cicatriz del fémur. Espero que me quede una línea y no todo esto rojo y grueso; me han dicho que con rosa mosqueta... Esta es la de la biopsia. Esta en la otra pierna, la de extraer el peroné sano que va dentro del injerto que me han puesto en lugar del trozo que me quitaron. Sigo con quimio, la segunda. Me quedan seis dosis. Me ponen dos tipos. Una pasa durante cuatro horas, pero me quedo ingresada porque puede ser tóxica para los riñones; la otra, tres días en el hospital y para casa. Acabo en agosto. Rehabilitación, al menos un año, me han dicho. Así que en septiembre tendré que empezar otra vez el primer curso. No me gusta nada el gimnasio, pero tengo ganas de bici. También me gusta escalar. No, no creas que soy deportista. Al lado de mis amigos soy sólo básica. Cuando consiga un ángulo suficiente empezaré con la bici estática. Luego, a muscular. No, qué va, no duele. Pon Aixa, con x, Monserrat, sin t. Es que nací en Argentina y, ¿sabes?, todos los argentinos tienen dos nombres y dos apellidos”. injerto también con sus guías. “Mucho menos artesanal, con menos margen de error”. Las piezas cuestan unos 2.500 euros. “En un futuro próximo todos los tumores óseos acabarán operados con esta asistencia”, asegura Vélez.

En Bellvitge, en el servicio de neumología, probablemente el más experto de España en colocar endoprótesis en tráqueas y bronquios para abrir paso a la respiración, ven aún lejos su proyecto de fabricar tráqueas a medida con impresoras 3D que desarrollan con el Institut Químic de Sarrià. Pero un primer paso está casi a punto: endoprótesis cubiertas de plata, material flexible y antibacteriano. ¿Para qué? para sortear una de las frecuentes y graves complicaciones de esas piezas: allí donde se colocan crece el tejido, se acumula mucosidad, se coloniza de bacterias y se hacen tapones que se infectan. “Hemos empezado por lo más fácil, que es utilizar un material de uso médico, la plata, que evita la colonización, que es el mayor problema de los stent que utilizamos en los bronquios”, explica el neumólogo Antoni Rosell. Seguirán con el diseño de piezas a medida. Están avanzando en el programa que les permitirá diseñar calculando la resistencia que opondrá ese bronquio, la presión que han de ejercer sobre las estructuras existentes...