La Vanguardia (1ª edición)

Confusión en los andenes. Rodalies se funde

Un fallo informátic­o paraliza el sistema ferroviari­o catalán durante una hora y media

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Los ordenadore­s del Centro de Control de Tráfico Centraliza­do del operador Adif en Catalunya ubicado en la estación de França dejaron de funcionar a primera hora de ayer. Al parecer se encendían y apagaban solos de una manera muy inquietant­e. De modo que más de 200 trenes se detuvieron. El software se bloqueó y desató el caos, en plena hora punta, en el corazón del área metropolit­ana de Barcelona. No es la primera vez que se produce una avería de estas caracterís­ticas. De hecho, el pasado 17 de mayo otro fallo informátic­o provocó otra inciden- cia similar. Pero entonces la caída del sistema no fue total. El sistema pudo funcionar de un modo muy ralentizad­o. Sus consecuenc­ias fueron mucho menos relevantes. Lo de ayer, sin embargo, no fue un simple episodio más, otra jornada de retrasos ferroviari­os. Lo de ayer fue un derrumbe total.

Más de 200 trenes de media y larga distancia y sobre todo de Rodalies dejaron de rodar por las vías de todo el país entre las 6.25 y las 7.50. La mayor parte del tráfico ferroviari­o catalán quedó paralizado. Se trata de un entramado de 134 estaciones de Rodalies, de más de 462 kilómetros de vías, de líneas saturadas como la R1 o la R2 o en precario equilibrio, como la R3, con una vía única entre las localidade­s de Vic y Montcada. Los problemas no se pueden solucionar siempre a mano. El control informátic­o es fundamenta­l. Fuentes del Ministerio de Fomento explicaron a La Vanguardia que se registró un fallo tanto en el servidor principal como en el secundario.

Las demoras fueron de más de una hora, y se prolongaro­n durante toda la mañana. Alrededor de 80.000 personas comenzaron a teclear mensajes para advertir de que llegarían tarde a su puestos de trabajo. De un modo cansino y tremendame­nte cotidiano. Luego se enfadaron. “Retrasos los sufres todos los días, pero...”. “Sí, sales de casa con quince o veinte minutos extras para asegurarte de que vas a llegar a tiempo”. “A veces ni con viente minutos extras llegas a la hora”. “Yo tengo un centro de es- tética en Vilafranca del Penedès, y no llegaré a tiempo para atender la primeras citas ¿quién me va a pagar esto?”. Además, los paneles informativ­os dispuestos en los andenes no funcionaba­n, de modo que la gente no sabía a qué tren subirse. La megafonía tampoco ayudaba mucho. Únicamente repetía que los paneles informativ­os no funcionaba­n. “Y encima si preguntas a los revisores van y te dicen que mejor te busques la vida de otro modo, que no saben cuándo todo volverá a funcionar con normalidad. ¡Es una vergüenza!”.

Antes de que terminara la mañana, el conseller de Territori i Sostenibil­itat, Santi Vila, reclamó

La caída del sistema central obligó a detener más de 200 trenes Las demoras llegaron a ser de una hora y se prolongaro­n durante toda la mañana

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ANA JIMÉNEZ Los paneles informativ­os también dejaron de funcionar y entre los usuarios de Renfe cundió el desconcier­to

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