Imprimir la leyenda
Messi, el filme de Álex de la Iglesia que ahora emite Canal Plus, reconstruye la infancia y juventud del jugador desde sus primeros pasos en un club de Rosario hasta su explosión en el FC Barcelona. El sistema imaginado por De la Iglesia y Jorge Valdano, guionista, es tratar al jugador como un fantasma ausente: todo el mundo habla de él en pasado, como si estuviera inscrito en la memoria mítica. Y la manera de hacerlo es reviviendo las etapas de su vida de formación gracias a los filmes familiares que su padre grabó cuando jugaba en los primeros equipos, con su sorprendente capacidad para sortear jugadores contrarios. Esta insistencia paterna es paradigma del film entero: cuando el padre de Messi hace de cámara amateur está ya pensando en su futuro, convencido de que el jugador acabaría prosperando y que este trabajo minucioso de documentación era como la preparación icónica de su consagración. Pocas veces te encuentras con una idea tan visionaria por parte de un documentalista.
Para establecer esta remembranza, De La Iglesia convoca amigos de niñez, periodistas, compañeros de equipo, ex jugadores y técnicos, reunidos en diferentes mesas de restaurantes en Rosario, Buenos Aires y Barcelona. Todos reflexionan y describen los diversos nodos narrativos de su carrera, cuando se tenían que tomar las decisiones claves, y destaca especialmente la progresión de su crecimiento y las incertidumbres de si se quedaría o no en Barcelona, así como otros aspectos de su carácter y de su fútbol irrepetible. De La Iglesia filma estas mesas no reservadas, situadas en medio del comedor, rodeadas de otras mesas, que parecen ocupadas por figurantes que no tienen derecho a mirar a cámara ni a lo que está pasando a su alrededor. Con esta argucia, se crea un dispositivo fílmico transnacional: parece que todas las mesas están en un comedor único, donde los diferentes invitados emiten sus reflexiones, en un montaje de concepción original, compulsivo, que salta de una mesa a otra, con un tratamiento del sonido que no tiene nada que ver con los reportajes televisivos habituales sobre el deporte. Es en esta manera de entrelazar los recuerdos y valoraciones de cada uno y de utilizar el material de archivo donde el film adquiere categoría como tal.
El filme que se realizó sobre Zidane, dirigido por Douglas Gordon, se centraba en el minucioso detalle gestual del jugador, capturado en todos sus movimientos por diecisiete cámaras en un solo partido del Real Madrid contra el Villarreal. A diferencia de esta obsesión por el cuerpo del ídolo madridista, en Messi la imagen del jugador siempre está mediatizada por el testimonio oral de alguien que convoca un recuerdo a la conversación. En el fondo, este filme de De la Iglesia es un homenaje indirecto a la famosa afirmación de El hombre que mató a Liberty Valance, de John Ford, sobre si era mejor explicar los hechos o construir una leyenda. En este sentido Messi aspira a ocupar un espacio en esta impresión legendaria: tratar al protagonista como un espectador de su extraordinaria proeza.
La manera de entrelazar recuerdos, valoraciones y materiales de archivo convierte ‘Messi’ en un filme de categoría