Críticas al BCE tras difundir sus actas por adelantado
Fondos de la City pueden haberse avanzado e invertido con ventaja
Desde el lunes, las palabras de Benoît Coeuré, representante francés en el directorio del Banco Central Europeo (BCE), han generado una catarata de reacciones. Coeuré dijo que el guardián del euro intensificaría su programa de compra de bonos de deuda pública y privada tanto en este mes como en el próximo, y así provocó que el euro recuperase la senda bajista en su cruce con el dólar y reimpulsó la tendencia alcista de los mercados de la eurozona, que desde entonces han acumulado cuatro ascensos consecutivos (ayer mismo volvían a otear los máximos del año).
Aunque las consecuencias del mensaje fueron buenas para casi todos los inversores, algunos se beneficiaron más que otros. En realidad, el problema no estuvo en el mensaje, sino en el tempo y en el foro. Coeuré dio la noticia a última hora del lunes, durante una conferencia organizada por un fondo de inversión de la City de Londres ante universitarios, banqueros e inversores: lo hizo anticipándose a las actas oficiales del BCE (que salieron a escena en la mañana del martes), y dándole así margen de maniobra a algunos de los inversores asistentes, que gozaron de un estupendo tiempo para avanzarse y proceder a la compra de títulos (estaba claro que la noticia iba a reactivar los parquets de la eurozona y a acelerar la devaluación de la moneda única).
Así que el escenario ha suscitado críticas en los últimos días, y en particular entre diversos medios de comunicación, en cuya opinión un buen abanico de inversores pudo exprimir la información privilegiada que había difundido Coeuré (en la época contemporánea de la inversión bursátil, el tiempo de un milisegundo acapara un valor incalculable).
Ante la deriva del asunto, el BCE reaccionó ayer: “A partir de este momento, no habrá ningún embargo sobre el discurso de los miembros del directorio”, dijo un portavoz del organismo, añadiendo que “cualquier discurso será difundido de inmediato en nuestro sitio web”. “El cambio en la reglamentación estaba en nuestras previsiones desde hace diversos meses –añadió–. Y con él, se pretende lograr que la mayor audiencia posible tenga acceso al discurso al mismo tiempo”.
Con el cambio de tercio, el guardián del euro entonaba el mea culpa ante los episodios que sucedieron a la intervención de Coeuré y se mostraba dispuesto a romper con el criterio del embargo. “En realidad, en este caso en concreto, ya teníamos la intención de publicar el discurso mientras se estaba produciendo –dijo el portavoz–. Sin embargo, un error de procedimiento interno hizo que no pudiera difundirse nada hasta la mañana del martes”.
Más allá de esa controversia, el BCE se animó ayer a sí mismo. Lo hizo difundiendo las actas de la reunión del pasado 15 de abril, en cuyo articulado se aplaudía el “significativo impacto” del programa de compra de activos anunciado el 22 de enero y lanzado el 9 de marzo, y se insistía en que el plan se va a prolongar, como mínimo, hasta septiembre del 2016. “Las preocupaciones de algunos participantes del mercado diciendo que el BCE tendría dificultades para lograr sus objetivos de compra no se han materializado hasta ahora”, dicen las actas, recordando que el organismo ha comprado a diario 3.200 millones de euros en deuda pública, en línea con los 60.000 millones mensuales a los que se había comprometido en enero.
Las palabras de Coeuré, el lunes, pretendían llevar más allá el programa de expansión monetaria. Se trata de reimpulsar el plan de devaluación del euro, congelado entre el 1,13 y el 1,14 dólares en las últimas semanas, y de acelerar la compra de activos públicos, cuyo frenazo estaba provocando una subida de los tipos de interés.
“La misma información debería llegar a la vez a la máxima audiencia”, se disculpa un portavoz