La bella y la bestia
El intestino da para mucho, lo sé porque tengo material para dos contras , porque el vídeo de esta joven bióloga explicando con mucha gracia su importancia, colgado en YouTube, ha sido todo un fenómeno y porque su libro, La digestión es la cuestión ( Urano), ha vendido 1.300.000 ejemplares en Alemania. “Yo no sabía que me estaban filmando. Participé en un concurso de ponencias de jóvenes científicos. Estaba nerviosa, tenía la sensación de que mi tema era el más feo, mi niño tenía las orejas muy grandes y los dientes torcidos, pero al final ha resultado que todos quieren a mi niño”. Investigaciones recientes muestran que nuestro peso o estado mental están directamente influidos por nuestra flora intestinal. Sí. Con un antidepresivo eficaz nadan más tiempo, luchan por sobrevivir. Cryan dio bacterias a los ratones y resultó que nadaron más tiempo que con los antidepresivos.
Es un descubrimiento importante, ¿no se hicieron pruebas con humanos?
Sí, en la Universidad de Los Ángeles, y vieron que después de cuatro semanas administrando probióticos la actividad cerebral, especialmente la zona de las emociones, se modificaba. Piense que el 95% de la serotonina que hay en nuestro organismo se produce en las células intestinales.
La hormona de la felicidad.
La ciencia dice que una parte importante de nuestro estado de ánimo está determinada por el intestino, y ahora estamos descubriendo cuán grande es esta influencia.
¿Y cuán grande es?
Sabemos que las personas con el intestino irritado o inflamado suelen tener más depresiones, y que por ejemplo tras unas vacaciones en las que has cambiado la alimentación a peor, las posibilidades de tener una depresión aumentan.
La llaman depresión posvacacional.
También se ha descubierto que las bacterias, los prebióticos, influyen en la capacidad de aprender. En las personas con el intestino irritado, la conexión entre el intestino y el cerebro puede ser muy extenuante.
El estrés debe de ser agotador para él.
Lo es. Ante una situación de alarma el cerebro toma la energía y la sangre del intestino. Y si eso se repite a menudo, lo debilita. El estrés modifica el clima de nuestro intestino.
¿Y el hombre del tiempo son nuestras heces?
Sí, según su color y su consistencia podemos ver claramente cómo se encuentra el intestino. Hay quien hace bolitas de cabra; otros, trocitos blandos y esponjosos... Lo idóneo son heces con forma de salchicha lisa y suave o salchicha con grietas en la superficie.
A veces las heces flotan.
Es bueno, significa que contienen burbujitas de gas, que hay bacterias. Si se hunden enseguida, es que no hemos digerido bien.
A veces la burbuja es uno mismo.
El problema es si huele mal o duele, si no, lo único que pasa es que ahí hay algo vivo.
Y el estreñimiento, ¿mala señal?
Hay personas que van tres veces al día y personas que van cada tres días, y eso está dentro de la normalidad, lo importante es la consistencia y evitar ejercer mucha presión, que puede provocar hemorroides, varices o apoplejía. Lo ideal para ir de vientre es ponerse en cuclillas.
¡Pero mujer!
Lo hicimos así hasta el siglo XVIII y en medio mundo todavía lo hacen, es la manera de que el intestino baje recto y no se guarde nada. Pero conseguimos el mismo efecto sentados en la taza pero con un taburete en los pies.
IMA SANCHÍS