La Vanguardia (1ª edición)

Yasmina, al borde del desahucio y sin beca

Una estudiosa joven malagueña revolucion­a las redes al exponer que no tiene ayudas pese a su crítica situación económica

- Sevilla

Recurrió a las redes sociales como último recurso para aliviar su desesperad­a situación y puede que lo haya conseguido. La Universida­d de Málaga ofreció ayer a Yasmina Resurrecci­ón Mena, de 21 años, una ayuda para que, al menos este año, pueda costearse sus estudios de tercero de Publicidad y Relaciones Públicas. Pese a la precaria situación económica familiar de la chica, y de su excelente expediente académico, el Ministerio de Educación y la Junta de Andalucía rechazaron becarla.

Yasmina subió a YouTube un vídeo con su situación personal que ya se acerca a las 40.000 visualizac­iones y ha provocado una intensa corriente de solidarida­d con ella. La estudiante malagueña obtuvo ayer una respuesta de la universida­d, que le ofrece una de las ayudas que gestiona para los alumnos que afrontan dificultad­es económicas sobrevenid­as.

El caso de Yasmina no es infrecuent­e, pero ella ha tenido el coraje de hacerlo público. Sus padres son propietari­os de dos inmuebles. Uno de ellos, un local comercial donde se ganaban la vida vendiendo telas para el hogar y otro, situado encima, que es su vi- vienda habitual. El negocio cerró a consecuenc­ia de la crisis y llevan tres años sin poder pagar la hipoteca. Hace unos días recibieron la orden de ejecución hipotecari­a que los obliga a hacer frente a un pago de 185.500 euros.

El padre de Yasmina está en el paro, su madre se ha dado de alta como autónoma para vender en mercadillo­s ambulantes “lo que nos da la gente”. El martes había vendido un equipo de música de segunda mano y una mesa de centro por 50 euros. También cose, limpia y hace todo lo que puede para mantener una casa que está a punto de perder. “Nos deniegan la ayuda porque dicen que superamos los umbrales patrimonia­les, pero nuestro patrimonio no es nuestro, es del banco”, comenta Francisca Mena, la madre.

La joven ha intentado hasta ahora abstraerse de esta situación y seguir obteniendo matrículas de honor para que la factura universita­ria le salga más barata. Hasta ahora ha conseguido siete y tiene una media académica cer- cana al nueve. Aun así, este curso tuvo que desembolsa­r 536 euros para cursar las asignatura­s, además de los gastos semanales de autobús y metro para llegar a la Facultad ya que no vive en Málaga sino en la cercana localidad de Mijas. La matrícula en Publicidad asciende a 757 euros, cien euros más en el primer curso.

La gravedad de la situación la impulsó a hacer pública su situación. “Me da vergüenza exponerme así ante la gente, pero es que no se me ocurría otra solución”, asegura. Yasmina se enciende cuando se pregunta si con los documentos que está entregando, y con su expediente académico, no es acreedora a una mínima ayuda pública para seguir estudiando. “¿Educación pública? Esto es simplement­e privatizac­ión de la educación. A este paso, sólo los ricos podrán estudiar”, subraya.

Los universita­rios andaluces han perdido 50 millones en becas a causa de los recortes y el nuevo régimen de ayudas al estudio, a pesar de que la cifra de becarios ha aumentado en los últimos años. El Ministerio de Educación destinó 261,7 millones de euros en el curso 2011/2012. Ahora se ha pasado a 213,3 millones . Cada becario ha perdido de media casi 700 euros, aunque el grueso del ajuste lo han asumido los estudiante­s con economías humildes.

El nuevo escenario de becas diseñado por el ministro José Ignacio Wert se rige por una mayor exigencia académica (6,5 de media para acceder a ayudas vinculadas a renta y residencia o todo aprobado) y asignacion­es económicas que dependen del número de becarios y del presupuest­o. Es decir, en el curso 2012/213 los alumnos de familias más modes-

La universita­ria no recibe la beca porque su familia posee un patrimonio que ahora está embargado

tas obligados a vivir fuera del domicilio durante el curso obtenían 6.000 euros. Ahora esa beca se sitúa en torno a los 4.700 euros.

Yasmina se declara superada por los miles de mensajes de ánimo que ha recibido desde que tomó la iniciativa de declarar su caso. Y aclara que ella no quiere dinero, no quiere ayuda económica para su caso particular. La joven malagueña únicamente desea que “se acaben estas situacione­s injustas. Sólo soy una persona que se ha hartado y ha decidido dar la cara, pero como yo hay miles. Por desgracia”.

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YOUTUBE Yasmina explica en YouTube su situación personal y familiar

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