Más allá de la música
El Primavera Pro reúne a alcaldes muy musicales y examina el triunfo de las listas de reproducción
Alrededor del Primavera Sound se llevan a cabo varios eventos fuera de los escenarios, como un congreso internacional de salas de conciertos, al que acudieron los alcaldes de Reikiavik y Groningen.
El Primavera Pro llegó ayer al ecuador de sus encuentros diurnos y para atravesarlo contó con presentaciones de música y libros –el Manual del perfecto festivalero–, cocteles de las delegaciones musicales de Israel y Sudáfrica, conferencias sobre el poder de las listas de reproducción para sustituir a las radios y los álbumes, una entrevista a Barry Dickins, flamante ganador del Primavera Award, y, para que nada faltara, incluso hubo un congreso internacional de salas de conciertos al que acudían dos alcaldes.
Dos alcaldes algo diferentes, eso sí. Por un lado, el primer edil de Reikiavik, el socialdemócrata Dagur B. Eggertsson, que habló de la vibrante vida musical de su ciudad, incluido el festival Airwaves en noviembre, que atrae a unos 4.000 extranjeros a una pequeña urbe de 120.000 habitantes que no está precisamente al lado de ninguna otra capital europea. Por otro, Chris Garrit, el alcalde de la noche de la ciudad holandesa de Groningen, una villa estudiantil con una vida nocturna bastante más que vibrante con bares sin hora de cierre y festivales como el Eurosonic, que se ha convertido en el escaparate de las nuevas bandas europeas y atrae a miles de profesionales. Claro que frente al alcalde diurno y el embajador de la noche estaban también representantes de Londres, donde la situación es menos halagüeña: los precios de alquiler de los locales y la espectacular especulación inmobiliaria que está transformando la capital británica están llevando al cierre a muchos locales de música en directo que son el humus en el que crece la potente industria musical británica. El año pasado se creó la organización Music Venue Trust para defender estos locales y el alcalde de Londres, Boris Johnson, ha reconocido el problema creando un grupo de trabajo para afrontarlo, grupo que preside Mark Davyd, del Music Venue Trust, que ayer estuvo en el Pro y apuntó entre las posibles medidas que mientras un centro de arte puede no pagar impuestos ellos pagan muchos pese a la importante contribución que hacen a cultura y la economía de la ciudad.
En fin, el mundo de la música se mueve imparable en muchas otras direcciones, como constató la mesa redonda ¿Son las listas de reproducción los nuevos discos? en la que participaron Will Hope, director de relaciones con los sellos de Spotify, Scott Cohen de la distribuidora digital The Orchard, y Greg Cochran, de la revista NME. Hope subrayó la importancia decisiva de las playlists y puso ejemplos como el éxito de Hozier, que impulsaron desde su codiciada lista de reproducción Spotlight. Las listas de reproducción triunfan y desplazan incluso a las radios. “Aún existen pero no son el futuro”, dijo Cohen, porque nadie quiere aguantar temas que no le interesan. En el futuro, apuntó, habrá unos cientos de listas de reproducción muy importantes. Pero Cochran subrayó que siempre de una
En Londres los alquileres y la enorme especulación amenazan sus salas de música en directo
manera u otra harán falta las historias alrededor de esa música y en ese mismo sentido subrayó que los álbumes se seguirán haciendo. “No tiene el mismo impacto mediático que Beyoncé saque un single que un nuevo álbum”, señaló. Sin embargo sus compañeros apuntaron que las inversiones masivas de dinero en el lanzamiento de un disco cambiarán por las campañas mucho más largas que ahora permiten las listas de reproducción y los nuevos medios. Y todo eso está inventándose ahora mismo, concluyeron.